OCASO DE LA AUTOCRACIA
Los trabajos y los días fue la gran obra del sabio helénico Hesíodo (siglo VIII y VII antes de nuestra era); es, este poema didáctico de 828 versos, un exquisito trabajo literario que, sin lugar a duda, le ocupo muchísimos días el pensarlo y escribirlo.
Escribió el beocio:
“Un gavilán, así habló a un ruiseñor sonoro cogido entre sus garras y subido hacia las nubes: desdichado, ¿por qué gimes?, eres presa de mi fuerza; te comeré si me place, te soltaré si yo quiero, irás a donde yo diga. La fuerza es la victoria”.
Y como colofón de esa figura, concluye el rimador: “No entiende el insensato gavilán que por encima de todo se encuentra la justicia”.
La vigencia del pensamiento de Hesíodo me motiva a pensar en los trabajos y los días que nos esperan (dentro de la pésima política asesina de salud pública de AMLO ante la pandemia covid) en el resto del año 2020.
Pero también reflexiono sobre el futuro de los Estados Unidos de América, ya que, lo deseemos o no, un gran porcentaje de su porvenir implica nuestro nacional destino.
Sigo teniendo, para mí, que Donald Trump es un hombre de malas entrañas; y qué bueno que la mayoría de los estadunidenses frenó su autoritarismo.
Lo peligroso es que en su derrota obtuvo, en números cerrados, 74 millones de votos, superado por John Biden, quien logró más de 81 millones de sufragios.
Trump, testarudo y diabólico, es muy parecido al gavilán que nos describe Hesíodo, esa ave de rapiña que usaba de su fuerza bruta para despedazar al débil.
No le invento nada al derrotado, el mismo Trump así describió su ideal soberbio; y, por mi parte, siempre respeto al árbol caído, y descalificó a aquellos que alaban al poderoso mientras lo es, pero que al verlo en fracaso lo agarran a lanzadas.
Sin embargo, en el caso Trump, lo veo capaz de todo; por eso espero que, conforme a la ley, le impongan las sanciones que merece, entre otras, la que no es digno de ser rico, al carecer de responsabilidad social y de humanismo.
Ojalá el presidente Biden y sus colaboradores presten atención eficiente a todos sus gobernados, sobre todo a esos 74 millones de simpatizantes de Trump.
Percibo que la mayoría de esos partidarios de Donald no son la viva imagen de Trump, y deben ser recuperados, ya que son recuperables; obvio, con auxilio de una eficaz política económica, educativa, social, jurídica, cultural y religiosa.
Y con los dogmáticos se requerirá más tiempo y trabajo, pero nada es imposible, habiendo buena voluntad y talento.
Los trabajos y los días del presidente Biden necesitan dar buen fruto; las familias vecinas del norte lo merecen.
Respecto a nuestro presidente autócrata, de nombre Andrés Manuel López Obrador, ¿qué hacer?
Es urgente frenar todo el autoritarismo del gavilán mexicano y a sus ciegos seguidores.
Necesitamos votar en el 2021 por diputados federales que no sean lacayos de Andrés Manuel López Obrador.
Cada diputado es representante de la población, y no debe ser sirviente de AMLO.
Reduzcamos eficaz y radicalmente a la corrupción en todos los ámbitos del país, porque Andrés Manuel sólo lo hace de palabra.
Unifiquemos a todos los mexicanos, divididos por Andrés Manuel.
Pacifiquemos a México; forjemos empleos, dinamicemos nuestra economía, produciendo más y con alta calidad, pero distribuyendo con justicia la riqueza generada; ya que AMLO sólo lo dice demagógicamente, pero no lo hace.
Cumplamos con nuestros trabajos y con nuestros días, construyendo un 2021 con lo mejor de nuestros esfuerzos, y con la excelencia de nuestros sueños.