AVASALLADO POR SUS PUNTADAS
La pandemia covid-19, en quince meses, ha transformado más la vida de México que la 4T del presidente Andrés Manuel López Obrador en treinta y cinco meses de ejercicio gubernativo desangelado.
Ese virus (que parece retornar con mayor fuerza) nos ha cambiado hasta los hábitos y costumbres ancestrales.
Mientras que la eufemística 4T sigue llena de corruptos, ineptos, divisionistas, mentirosos y traidores; sin poder transformar ni siquiera a los supuestos transformadores.
Andrés Manuel, quien es habilidoso para achacar (en segundos) a los “conservadores” delitos o pecados ciertos o inventados, no encuentra a los culpables de la tragedia de la línea 12 del metro de la CDMX.
De ese colapso, con muertos y heridos, López Obrador ha dicho con tal de defender a sus actuales colaboradores y cómplices implicados: “Hay que hacer la revisión total de la línea 12, no se puede adelantar responsabilidades; yo respaldo el trabajo que realiza la jefa del gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum”.
Y agregó de inmediato el presidente: “Rechazo la posibilidad de responsabilizar políticamente a algún funcionario, ya que si nos vamos a responsabilidad política yo podría decir, ¿quién era el presidente en ese entonces?”
Démosle respuesta a su bribona pregunta.
El presidente de México en ese entonces, cuando se construyó e inauguró esa línea dorada del metro, era Felipe Calderón Hinojosa.
Pero esa obra no fue del gobierno federal, sino del gobierno de la CDMX a cargo de Marcelo Ebrard.
El malévolo señalamiento presidencial exclusivamente pinta su mezquindad.
Ni siquiera tendríamos que permitir que el presidente juzgara (ilegal y torpemente) a Marcelo en una de sus bobas mañaneras.
Amlo viola la constitución cuando se pone a juzgar a las personas en su tribuna de juguete, además de ser inmoral al hacerlo.
A Marcelo debe juzgársele bajo todos los procedimientos legales de nuestra carta magna, si es que hubiese elementos para configurar la existencia de un delito y la supuesta o real responsabilidad del inculpado.
A Ebrard en base a las fallas de la construcción, y a Claudia Sheinbaum por igual, pero en base a la falta de mantenimiento de esa línea 12 durante el tiempo de su ejercicio gubernativo en la CDMX.
Al parecer, Miguel Ángel Mancera no está relacionado con la construcción de esa línea 12, ni en su ejercicio gubernativo hubo fallas de graves consecuencias jurídicas; sin embargo, debe investigársele.
Es claro que las constructoras participantes en esa obra pública tienen responsabilidad, y deben ser sujetas a juicio, sin linchamientos de ninguna especie, pero con estricta aplicación de la ley.
Los niveles de responsabilidad son precisos.
Que no nos vayan a salir con que sentencian (en este caso) a 60 años de prisión a dos albañiles, a tres obreros soldadores y al trabajador que apretó tornillos.
No se le vaya a ocurrir al presidente hacer una consulta popular (con costo de cientos de millones de pesos) para que “el pueblo sabio” responda si es o no responsable de esa tragedia Felipe Calderón Hinojosa, como presidente en aquel entonces.
Cuidemos que nadie sufra las torpezas de Amlo, avasallado por sus puntadas.
Todo lo quiere, ahora, resolver con militares.
¿Resolverá los problemas del Metro, del gobierno de la CDMX, del Poder Judicial de la Federación, de la sucesión presidencial ya en marcha, también con las fuerzas armadas?