En un intento por reorganizarse y apaciguar a las hordas que lo conforman, el Comité Ejecutivo Nacional de MORENA aprobó la convocatoria para renovar sus órganos de dirección, también aceptó que los días 17 y el 18 de septiembre se realizará el relevo en sus órganos nacionales y de su reforma estatutaria, para fortalecer su organización interna.
Cabe señalar que MORENA había pospuesto las asambleas para renovar sus órganos de dirección debido a la pandemia y cuya dirigencia nacional fue electa a través de encuestas en octubre de 2020.
Sin embargo, los resultados electorales del pasado proceso electoral les dá toda la confianza y tranquilidad para reorganizarse con miras a la elección presidencial del 2024.
A partir del 5 de junio, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador controla ya 20 entidades, mientras que la oposición y partidos restantes sólo conservan los otros 12.
Morena ganó en cuatro estados Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo y Tamaulipas, mientras que el PAN logró conservar dos Durango y Aguascalientes y sólo conserva 6, y el PRI ya sólo mantiene dos entidades: Coahuila y el Estado de México, además de que ya no gobernará Oaxaca e Hidalgo, esta última con su primer alternancia en 93 años.
El presidente y su partido están convencidos que la oposición, un día juntos y otro no, no tienen ninguna posibilidad de arrebatarle la presidencia de la República, el único riesgo existente para perderla estriba en sus mismos militantes, algunos de ellos muy destacados, y que están muy inconformes en no ser parte de las corcholatas del presidente.
Son las tribus de Ricardo Monreal y Mario Delgado las que no se quedarán de brazos cruzados, por lo que el plan de unidad partidista del Comité Ejecutivo Nacional pudiera no resultar; es decir, el enemigo lo tienen en casa.
Pese a todo, el optimismo morenista ahora se volcará en reorganizar al partido que, en la mayoría de las entidades federativas del país es un desastre. Para muestra un botón: Michoacán.
En la entidad existen dos dirigencias, una encabezada por Ana Lilia Guillén, quien presuntamente fue electa en una Convención legalmente constituida, polémica, combativa ha pedido la renuncia del mismo gobernador Alfredo Ramírez Bedolla como Consejero de la institución política, así como de todos los funcionarios públicos que militan en Morena.
Su archirival, la exdelegada del partido en la entidad y ahora autoproclamada dirigente Gulliana Bugarini, cuenta con el respaldo de Mario Delgado y el propio gobernador, asegura que su elección fue irregular, por lo que serán las autoridades electorales quienes determinen quien es la dirigente.
Lo anterior es vital para la verdadera unificación de los militantes michoacanos para definir de una vez por todas a que amo obedecer.