Para cambiarlos a “Cruceros Seguros” se requiere el 20 por ciento de lo que cuesta un puente, el cual oscila entre los 5 millones de pesos
El 80 por ciento de los puentes peatonales que hay en Morelia no tienen razón de ser, argumentaron representantes de la organización civil “Bicibilizate” y el Colegio de Arquitectos, quienes se han dado la tarea de ofrecer alternativas que privilegien al peatón.
En rueda de prensa, Nadia Figueroa González, representante de Bicibilizate, explicó que en Morelia hay 36 puentes peatonales, el 80 por ciento de ellos están colocados en zonas escolares, vialidades secundarias y lugares de alta concentración de masas.
Por lo anterior, el Colegio de Arquitectos, representado por Mauricio Urquiza Martínez, retomó la iniciativa y creo tres proyectos de “Cruceros Seguros”, en tres puntos distintos, como: Ciudad Universitaria, Nocupétaro y Morelos Norte.
Cabe destacar que en dos de las tres ubicaciones donde trabajaron los arquitectos y la sociedad civil, ahí el Ayuntamiento ya comenzó a trabajar en su propio programa, denominado con el mismo nombre “Crucero Seguro”.
Según los arquitectos y Bicivilizate hasta ahora no hay vinculación con el Ayuntamiento de Morelia, aunque, en el caso del crucero de Nocupétaro la Secretaría de Efectividad e Innovación Gubernamental envió el proyecto municipal al Colegio de Arquitectos para recibir aportaciones de diseño de los expertos.
Para cambiar de puentes a “Cruceros Seguros” calculan los ciudadanos que se requiere el 20 por ciento de lo que cuesta un puente peatonal, el cual oscila entre los 5 millones de pesos; es decir, son más baratos y primordialmente son compatibles con todo tipo de peatón.
Finalmente, Nadia Figuera Gonzáles hablo del retraso que tiene Morelia en materia de educación vial, dijo que en ciudades como Puebla ya fue posible revertir la pirámide de convivencia, en la cual es fundamental que en la punta: “esté el peatón sobre los vehículos automotores”.
Es importante mencionar que en Morelia es todo lo contrario, el vehículo tiene prioridad y privilegios nunca pensados, pese a que únicamente el 30 por ciento de la población tiene un auto privado y el resto tenga que caminar y utilizar el transporte público.