GOBIERNO MEXICANO: EFICIENTE EN PAPEL
“¿Cómo puedo evitar ser un farsante cuando toda esta gente me hace creer cosas que todos saben que son imposibles?”
Lyman Frank Baum
El maravilloso mago de Oz
Como última entrega relativa al Índice de Competitividad Internacional que, año con año entrega el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), nos encontramos con que México ocupa una media en la tabla de las 43 naciones que fueron tomadas como muestra en cuanto a gobierno eficaz y eficiente.
Sí, parece broma, pero este subíndice analiza, entre otras cosas, el índice de efectividad del gobierno que desarrolla World Bank, el índice de desarrollo de gobierno electrónico de la ONU y la permanencia como miembro de la Alianza para el Gobierno Abierto de Open Govermment Parnership.
Además, se revisan indicadores como las finanzas sanas, la carga impositiva y se mide en días lo que se tarda en abrir una empresa en México y la complejidad de trámites para ello.
En esta entrega nos centraremos en el índice de efectividad del gobierno, en la permanencia como miembro de la Alianza para el Gobierno Abierto y en las finanzas sanas porque son indicadores que se palpan con mayor facilidad por una mayor cantidad de personas.
En primer lugar, en cuanto al índice de efectividad del gobierno, es evidente que México tuvo un retroceso, como lo señala el documento de IMCO pues el Banco Mundial califica seis dimensiones de gobernabilidad: voz y rendición de cuentas, estabilidad política y ausencia de violencia, efectividad gubernamental, calidad regulatoria, estado de Derecho, y control de la corrupción; aspectos que ya, anteriormente, hemos analizado y en los que nuestro país aún tiene pendientes importantes.
Pero también existe esa sensación o percepción ciudadana de que el gobierno (en cualquiera de sus niveles) le queda a deber a los gobernados, no responde sus necesidades, no les atiende y no resuelve ni garantiza -como mínimo- los derechos fundamentales.
En cuanto a la permanencia como miembro de la Alianza para el Gobierno Abierto, el documento del que hablamos señala que México se mantiene en la misma posición que en 2021. El Gobierno Abierto ha sido también materia de otros Espejos Rotos. Se trata de la posibilidad de que las decisiones públicas se conozcan, que los ciudadanos sepamos porqué se tomó esa decisión en particular y cómo se llegó a la conclusión de que cubría una necesidad pública y que, además conozcamos su proceso de implementación, sus avances en todo momento y sus resultados.
Permanecer como integrante de la Alianza está muy bien; pero no garantiza que además de ir cumpliendo una serie de requisitos un tanto baladís, nos vayamos siquiera acercando a la implementación del Gobierno Abierto.
Y finalmente, cuando hablamos de finanzas sanas, es evidente que, con los grandes desfalcos y salvoconductos que implica mantener a las empresas estatales como Pemex y Comisión Federal de Electricidad y a que en los estados y municipios el recurso no alcance a cubrir las necesidades de todo el año, las finanzas sanas están lejos también de ser una realidad. Y así lo establece el Índice de Competitividad Internacional en el que, este año, retrocedimos seis pociones con respecto al año pasado.
Es necesario que recordemos que cuando hablamos de competitividad nos referimos a la confianza que se genera para hacer negocios con el país y en el país; para hacer intercambios culturales, académicos y científicos y para las colaboraciones humanitarias. Por ejemplo: si algún país quiere donarle vacunas en especie a México, ¿qué nivel de confianza tiene de que serán aplicadas de manera correcta si los índices de percepción de la corrupción y de eficiencia de gobierno son realmente bajos?