En política sucede como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal
Edward Moore Kennedy (1932-2009) Político estadounidense
De que los ciudadanos que se autoproclaman indígenas tienen derecho a buscar candidaturas a alcaldías o diputaciones el próximo año en Michoacán, no hay duda. Que las consigan, no se ve tan fácil.
Abundio Marcos Prado, vocero del Movimiento Indígena de Michoacán, ha anunciado que su agrupación buscará postular candidatos a alcaldes en unos diez y ocho municipios de la entidad, así como para diputados en cuatro distritos locales y en tres federales.
Se refiere sobre todo a municipios de la meseta purépecha, con la excepción de Zitácuaro, aunque aclara que buscarán esas candidaturas por la vía de los partidos políticos, no por la independiente. Y enfatiza que no lo harán por el PRI, ni por el PRD y menos por el PAN, dejando abierta la posibilidad de hacerlo con Morena.
Francamente, huele a que el líder de ese movimiento está comenzando la presión mediática para que Morena le regale una diputación, obviamente por la vía plurinominal. Si el indigenismo tuviera la fuerza que dice tener, lo lógico sería jugar por alcaldías y diputaciones pero desde la posición independiente, ahora que la ley lo permite. Vaya, de haber esa fuerza, no requerirían a los “nefastos” partidos para nada.
Pero él sabe que no hay tal fuerza, que ésta es más mediática que real, y por ende aclara que lo más probable es que se cobijarán en Morena. Es claro que el señor Prado tiene oficio político y lo que en realidad está haciendo es enviar una señal a Morena y a su dueño, Andrés Manuel López Obrador, para venderle la idea de que el indigenismo en Michoacán le puede garantizar un caudal de votos. A cambio de ellos, ¿qué tal una diputación? Al tiempo.