Muchas son las leyes en un estado corrompido
Tácito (55-115) Historiador romano
Por más presión que reciba del depredador número uno de la Universidad Michoacana, Eduardo Tena, el rector Medardo Serna no puede recular en la histórica decisión que tomó de ordenar a su área administrativa retener la parte proporcional que corresponda al salario quincenal de los empleados que dejaron de laborar la semana anterior, por apoyar el paro convocado por su líder.
En una medida sin precedentes, el cheque de la primera quincena de agosto llegó “rasurado” para varios empleados universitarios, luego de comprobarse que la semana anterior dejaron de ir a trabajar en acatamiento a la orden su líder Eduardo Tena.
Serna ordenó indagar cuántos casos eran, y proceder a descontar el o los días no laborados. Este martes, Tena, que no termina de digerir que sus días como rey absoluto de la universidad están llegando a su fin, alertó que los empleados universitarios sufren de “terrorismo laboral” porque se les formuló tal descuento.
Pocas cosas ilustrarían de mejor manera qué significa el término cinismo, que la actitud de Tena: primero ordena a sus huestes no ir a trabajar, y cuando la parte patronal hace lo que tiene que hacer ante esa irregularidad, denuncia que su gremio está siendo perseguido por la autoridad, “sólo” porque dejaron de ir a sus centros de trabajo. Se necesita ser muy cara dura para asumir tal cinismo.
El problema es que Tena consiguió entre otras, la “prestación” de que jamás habría descuento al salario de los empleados, si entraban en paro de labores. La única opción legal para parar, es ir a huelga con toda la formalidad. Claramente, no es el caso.
Y es que todos los rectores que fueron contemporáneos de Tena, prefirieron la vergonzosa actitud de volver la mirada a otro lado, antes que confrontar al “temible” líder suemista. Eso explica la impunidad absoluta con la que históricamente se han conducido Tena y sus huestes, que podían ir a paro ilegal y jamás hubo repercusiones…hasta ahora.
El cheque de los paristas llegó “rasurado” porque es lo justo, y así Tena patee, se revuelque y chantajee, Serna está obligado a no dar marcha atrás. Caso contrario, sería alimentar la inveterada corrupción e impunidad en la relación de los rectores con sus sindicatos, sobre todo el de empleados. Habrá que ver hasta dónde resiste el rector.
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