ASÍ DE MAL ANDAMOS
No había pasado en ninguna otra época de la historia que existiera tanta gente inútil que se vuelve millonaria en muy poco tiempo, gente que no tiene otro atributo más que su físico, y me refiero a los y las populares llamados influencers.
Las redes sociales están invadidas por ellos, llenándolas con sus mensajes basura, de contenidos frívolos y vulgares, manipulando a la juventud, y de paso les permite obtener ganancias que ningún profesionista alcanzará ganar durante su vida productiva.
Y es que resulta verdaderamente injusto que, mientras cientos de jóvenes se esfuerzan estudiando y trabajando para poder lograr un título universitario e insertarse en el mercado laboral, otros ganan millones de pesos en unos días, por salir con poca ropa en las plataformas para adultos.
Y es que algunos de estos influencers llevan una vida de película, con lujos inimaginables que presumen en las redes y se vuelven los ídolos de una juventud que, se preocupa por lo que eres, pero más por lo que tienes.
Una de las influencers más popular de México genera ganancias de 900 mil pesos cada tercer día, sin prácticamente tener talento, sin haber estudiado y con poco o nada de esfuerzo, eso sí resaltando sus bondades que la hacen la favorita de los más de cuatro millones de varones suscritos a su cuenta.
Y eso, lo que ven sus hijos, las futuras generaciones, es lo que querrán ser el día de mañana si no hacemos algo desde el interior del núcleo familiar.
Poco ayuda el constante bombardeo en redes sociales y medios de comunicación de estereotipos que nada tienen que ver con la realidad y que en nada la benefician con sus pobres contenidos.
Aunque resulta difícil, hay que explicárselo a nuestros hijos, hay que hablar con ellos sobre este fenómeno, en las redes también puede encontrarse personas inteligentes, educadas, asertivas, con valores como la lealtad, la honestidad y el respeto.
Por eso, los padres deben estar muy pendientes de los sitios que visitan sus hijos, porque al paso que vamos, pronto dejará de haber doctores, ingenieros, maestros y abogados, porque en esas profesiones nunca obtendrás las ganancias que se obtiene por mover el trasero.
Así de mal andamos.
