LA NUEVA AMENAZA GLOBAL
En México, el descuido gubernamental en los últimos seis sexenios, provocó el crecimiento exponencial de los cárteles de la droga que en la actualidad, se han convertido en una amenaza global, toda vez que trafican sustancias ilícitas, principalmente sintéticas, en más de 50 países del mundo.
Según un reporte del Servicio Legislativo de Investigación del Congreso estadounidense, el Cártel de Sinaloa , considerado la organización narcotraficante más antigua y establecida de México, con ingresos anuales por cerca de 3 mil millones de dólares, tendría “una presencia sustancial en unos 50 países” de América, Europa, África Occidental y el Sureste Asiático.
A pesar de la reciente reunión binacional de alto nivel donde México y Estados Unidos pactaron acciones coordinadas contra el fentanilo, horas más tarde el gobierno de Washington optó por actuar de manera independiente, lo que refleja el fracaso de la reunión encabezada por el canciller Ebrad y Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad del gobierno de la 4T.
Fuentes allegadas a la Casa Blanca, aseguran que de nada sirve signar acuerdos o establecer acciones coordinadas contra los cárteles, si no existe la voluntad presidencial de combatirlos, en el caso de México.
Por ello, Washington anunció medidas contra el cártel de Sinaloa, responsabilizando a “Los Chapitos”, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, de la fabricación de fentanilo en México, dando un revés al discurso del presidente López Obrador que sostiene que esa sustancia no se fabrica en territorio nacional.
El propio Procurador General de Estados Unidos, Merrick Garland, pidió la extradición de Ovidio Guzmán, jefe del Cártel, detenido por las autoridades mexicanas y fincó cargos por lavado de dinero a los otros tres hermanos y otros tantos operadores y sicarios de la agrupación criminal.
Según el mapeo realizado por informantes de la DEA, infiltrados en esa organización, afirman que en ranchos y casas de Los Chapitos ubicadas en Sinaloa, se produce el fentanilo; revelaron la existencia de 28 rutas de trasiego hacia los Estados Unidos, diseminadas en 20 estados mexicanos.
Los documentos señalan que Los Chapitos se aliaron con empresas químicas chinas para adquirir precursores de fentanilo, mientras que en Centroamérica, trabajan con intermediarios que les ayudan a transportar la sustancia hacia Sinaloa.
El fenómeno ha rebasado al gobierno mexicano y tiende a convertirse en una prioridad de seguridad internacional por lo que se han tomado muy en serio combatirlo, cortar sus suministros de fabricación y llevar ante la justicia a sus cabecillas.
Queda claro que la guerra contra el Cártel de Sinaloa está declarada, con o sin apoyo de México.