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martes, noviembre 26, 2024

LÓPEZ OBRADOR Y SUS MOLINOS DE VIENTO

La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa.

Marco Aurelio Almazán (1922-1991) Escritor y diplomático mexicano

 

jaimelopezCual moderno Quijote, el presidente López Obrador emprende sus “heroicas” batallas contra sus propios molinos; Loret, la Corte y Estados Unidos son sus enemigos en una fijación enfermiza que debe alarmar a los mexicanos, sean sus seguidores o críticos. El presidente no está ya en sus cabales y eso es sumamente peligroso para el país.

Su patológica cruzada contra Carlos Loret de Mola ya es conocida y le ha acompañado el sexenio completo. La novedad es que a través de su hermano Pío pasó del discurso al hecho: el periodista enfrenta una demencial demanda civil por 400 millones de pesos, interpuesta por Pío, obviamente con la anuencia presidencial, por daño moral al ser exhibido recibiendo sobres con dinero en efectivo de parte de un enviado del gobierno chiapaneco.

Pero la semana anterior, López Obrador de plano entró al terreno del desquiciamiento: incluyó en su larguísima lista de adversarios, esos que solo él ve, como solo el Quijote veía en su mente a los molinos de viento como gigantes que iban en pos suya, a la Corte y al Tío Sam. Ordenó a su gabinete romper relaciones con los ministros, a los cuales ni siquiera deberán tomarles una llamada telefónica, luego de recibir de ellos sonoro revés en su empecinamiento anticonstitucional de que la Sedena se engulla a la Guardia Nacional.

Pero la confirmación de que algo no anda bien en la cabeza del inquilino de Palacio Nacional, fue la fáctica declaración de guerra a Estados Unidos, cuyo único “error” fue evidenciar que México sí es productor de fentanilo y, lo que ya no pudo tolerar López Obrador, que ese país haya girado ordenes de aprehensión contra los hijos de El Chapo Guzmán. Preocupado a más no poder, el presidente advirtió que ninguna potencia extranjera tendrá éxito si pretende invadirnos, porque hay mucho gobierno, muchas fuerzas armadas y mucho pueblo para defender la soberanía nacional. Todo en referencia, obviamente, a Estados Unidos y su persecución contra los chapitos.

La evidente falta de estabilidad emocional del mandatario ha prendido las alarmas en el país y fuera de él, máxime que aún le quedan diez y siete meses en funciones, tiempo en el cual puede cometer cuanta desmesura e insensatez se pueda alguien imaginar. ¿Qué otros molinos seguirá viendo el presidente en su inestable imaginación?

Y a la pesadilla ya solo le quedan 528 días. Twitter @jaimelopezmtz

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