La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa
Marco Aurelio Almazán (1922-1991) Escritor y diplomático mexicano.
El caos informativo y la incertidumbre respecto del estado de salud del presidente López Obrador, son propiciados por el mismo gobierno y su irracional y sistemática “estrategia” de ocultar la realidad.
Lo de este domingo por la tarde y noche, ha sido el clímax de la desinformación: un supuesto tuit del presidente da cuenta de que se volvió a contagiar de Covid, pero que su corazón está al cien. Si es Covid, ¿por qué hacer referencia al corazón? Luego, el vocero presidencial mintiendo al asegurar que López Obrador seguía con su gira de manera normal en Yucatán. Lo único confirmado es que el presidente fue trasladado de emergencia a la capital del país, aunque con la duda de si se encuentra en Palacio Nacional o en un hospital militar.
No es privativo de este gobierno, pero sí acentuado en él: el ocultamiento de la información como política pública. El estado de salud de los presidentes se maneja con el criterio de ser un asunto de estado: nadie tiene derecho a saber, cuándo debiera ser justo al revés. En el caso actual, es de dominio público, por más que se haya mantenido esa injustificada práctica, que López Obrador padece una serie de anomalías en su salud, que lo vuelven altamente vulnerable, lo cual no es motivo de crítica. Sí lo es, cambio, que se oculte perversamente la situación.
El gobierno está obligado a informar con claridad la situación médica del presidente. No hacerlo, solo contribuirá al caos que en todos sentidos ha generado el tema durante las últimas horas.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 528 días. twitter@jaimelopezmtz>
