Nadie sospecha cuántas idioteces políticas se han evitado, gracias a la falta de dinero.
Charles MauriceTalleyrand (1754-1838) Político francés.
El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, decretó este miércoles, en medio de un juicio político en su contra, disolver la Asamblea Nacional, es decir, El Poder Legislativo, que cuenta con mayoría opositora, y convocar a elecciones generales anticipadas, de modo que gobernará mediante decretos hasta que su sucesor asuma el cargo.
Lasso anunció esta disolución mediante el mecanismo legal denominado “muerte cruzada” por la “grave conmoción interna y política” del país, después de haber comparecido el martes ante la Asamblea para realizar su alegato de defensa ante la acusación formulada por la oposición por un presunto delito de peculado, o sea, de malversación de recursos.
Lasso recurrió a la “muerte cruzada” (la desaparición del Poder Legislativo y al mismo tiempo la cancelación de su propio gobierno al convocar a nuevas elecciones), antes de esperar el debate que debía llevarse a cabo en la Cámara para posteriormente votar la moción de censura, en la que se requieren 92 votos para destituir al jefe de Estado, equivalentes a las dos terceras partes de sus integrantes.
En un mensaje por televisión a los ecuatorianos, Lasso advirtió que su país “tiene la necesidad de un nuevo pacto social y político que le permita salir de la grave crisis política en la que se encuentra y que lamentablemente cada día se profundiza”. Calificó de infundado el juicio político que le había instaurado el Poder Legislativo por supuesto delito de peculado.
El anterior texto corresponde a uno de los múltiples despachos informativo que desde las primeras horas del miércoles comenzaron a difundirse en el mundo entero provenientes de Ecuador.
Ciertamente, la Constitución de ese país contempla que el presidente disuelva el parlamento ante situación de “grave crisis política y social”. En México no hay esa facultad discrecional para el Ejecutivo, pero aun así, habrá que guardar esta nota, porque en cualquier momento el presidente López Obrador adopta una posición similar, tenga o no fundamento constitucional. A fin de cuentas, un mandatario con visos dictatoriales actúa igual en China, en Ecuador y en México. Si no, al tiempo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 504 días.
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