MÉXICO NO COMBATE LA CORRUPCIÓN
México sigue siendo considerado como un país donde el combate a la corrupción es pura simulación; en cada nuevo gobierno, los políticos prometen que acabarán con este flagelo social con acciones firmes contra ella, el tema es usado como uno de sus ofrecimientos de campaña, sin embargo, al llegar al poder poco hacen por combatirla, como el caso de la administración morenista.
Prueba de ello, es la publicación del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción dado a conocer por la organización “Control Risk of the Americas Society”, que ubican a México en el lugar 12 de 15 países por lo que obtuvo un descenso del 4 por ciento en el combate, castigo y prevención de la corrupción, muestra de que el gobierno de López Obrador, poco o nada hace para combatirlo.
Dicho informe, que evalúa a los países latinoamericanos, colocó a México en el lugar 12, donde su descenso más pronunciado se produjo en la categoría de sociedad civil y medios de comunicación.
La agrupación que, en lugar de medir los niveles percibidos de corrupción, evalúa y clasifica la eficacia con que se combate, ahí es donde a México no le fue nada bien.
Claros ejemplos de la corrupción en la presente administración federal, son los registrados en empresas públicas como SEGALMEX, la CFE y PEMEX y lo más penoso, presunta corrupción en amigos y familiares del Presidente.
El informe considera que los países con una puntuación más alta tienen más probabilidades de que los actores corruptos sean enjuiciados y sancionados, situación que no pasa en México.
En general, se señala que la lucha contra la corrupción en América Latina sufrió una nueva oleada de tropiezos durante el último año.
En varios países, la pandemia del COVID-19 llevó a los gobiernos y a los ciudadanos a desviar su atención hacia otras prioridades urgentes, lo que dio espacio a los políticos para disminuir la autonomía y los recursos de los órganos judiciales.
El documento detalla la erosión de las instituciones democráticas en algunos países como en México, además de que hubo una preocupante disminución de la eficiencia e independencia de las agencias anticorrupción en casi todos los países de la región.
Los errores y abusos denunciados y percibidos que cometieron varios, gobernantes, fiscales y jueces de alto nivel en los últimos años, también han contribuido a que disminuya el apoyo popular al movimiento anticorrupción.
Recordemos que una de las principales promesas hechas por López Obrador al iniciar su gobierno fue “cero tolerancia” a la corrupción y el combate a la pobreza y la inseguridad, promesas no se ha cumplido ni se cumplirán.
Así están las cosas, en los tiempos de la 4T.