Eres libre de tomar tus decisiones, pero también prisionero de las consecuencias
Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno
Al margen de los pormenores y el desenlace de la declinación de Beatriz Paredes para el ungimiento de Xóchitl Gálvez como la próxima candidata presidencial de la oposición, una cosa queda clara: sí hay tiro para la elección del 24. Y el que más está convencido de ello, es Andrés Manuel López Obrador.
El día de campo en que hasta tres meses cualquiera hubiera apostado sería la elección para el presidente y su 4T, hoy ha quedado borrado. La preocupación del inquilino de Palacio es evidencia de que la elección se ha vuelto una incógnita. En palabras llanas, de que en el 24 sí habrá “tiro”, habrá choque real, habrá competencia cerrada.
Con cinco años en campaña real, con todos los recursos a su disposición, lo mismo que el respaldo sin discusión del presidente y de todo el aparato de estado, Claudia Sheimbaun, la segura candidata del oficialismo, tiene en este momento una intención de voto del 54 por ciento. Gálvez, sin campaña, sin recursos y con el presidente y su poderío tratando de arrinconarla, está diez puntos porcentuales abajo. Y las campañas faltan aún muchos meses para que den inicio. Difícil para Gálvez, sí, pero para nada imposible de remontar.
Hay una realidad: Sheimbaum no sumará nada más de lo que hoy tiene, Gálvez tiene toda la expectativa de crecimiento, sobre todo si la ciudadanía apartidista la ve como el cierre a la puerta al maximato que claramente pretende López Obrador.
Sheimbaum tiene un rango de veinte millones de votos en la bolsa desde ahora, esos son seguros, no disminuirán, representan las pensiones a adultos mayores y la población que ciegamente cree en el presidente, no en ella necesariamente. No disminuirán pero tampoco aumentarán.
Gálvez está lejos, muy lejos de que los votos de las militancias priísta, panista y perredista, le alcancen para acercarse a la candidata de la 4T, pero tiene un nicho al que ésta difícilmente accederá: el voto apartidista, el clasemediero, incluso el que aborrece a los partidos pero tiene claro el peligro que se cierne sobre México si Morena gobierna seis años más.
Si Xóchitl es capaz de identificarse con ese amplísimo sector poblacional –no menos de treinta millones de ciudadanos-, su triunfo será viable, nunca fácil, pero alcanzable.
Que el gobierno le fabrique acusaciones para enviarla a la cárcel, o que “alguien” atente contra su vida, queriendo hacerle un favor al presidente, dada la animadversión de éste, serían los únicos factores que podrían impedir que en el 24 haya tiro. Si no, al tiempo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 396 días.
X@jaimelopezmtz