ADIÓS A LAS FRITURAS
Un nuevo drama se vivirá en México a partir del día de mañana, ya que con el inicio del mes de septiembre, tendrán que desaparecer del mercado todos los alimentos que contengan grasas trans, ingrediente que se encuentra en la mayoría de los alimentos favoritos de los mexicanos, especialmente de los niños y jóvenes.
Entre los alimentos que serán prohibidos están las papas procesadas, así como galletas, pasteles, helados, donas, pollo frito, pizzas congeladas, palomitas para microondas, botanas saladas, salsas y manteca vegetal entre otros. Así que estarán prohibidas también todas las frituras que usen grasas trans añadidas en su elaboración.
Las grasas trans de producción industrial son compuestos artificiales nocivos, son químicos innecesarios que perjudican la salud y no aportan ningún beneficio a la dieta de los mexicanos; están presentes en diferentes alimentos, especialmente en grasas y aceites. Las grasas trans obstruyen las arterias y aumentan el riesgo de cardiopatía coronaria.
Ante una clara epidemia de enfermedades crónicas que se vive en México, con un sistema de salud bajo gran presión y restricciones de recursos y medicamentos, la eliminación de las grasas trans de origen industrial, debería ser motivo de celebración.
Sin embargo, aunque en teoría suena muy bien, en la práctica resultará todo un reto para la economía nacional y un desafío el eliminar su consumo, un reto que ni la sociedad ni las autoridades quieren afrontar.
Lo que hay que preguntarse es que si los diputados y senadores al aprobar la nueva legislación en la materia el pasado mes de marzo, tomaron en cuenta si la industria y los mexicanos están preparados para eliminar su utilización y su popular consumo en la dieta nacional.
En el aspecto comercial, la legislación dio un plazo de seis meses a las empresas para utilizar nuevos ingredientes que sustituyan los ácidos grasos trans de la producción industrial.
Con referencia al consumo, altamente extendido en todo el país, será muy difícil eliminarla de su dieta, toda vez que miles de mexicanos consumen productos elaborados con ella, principalmente personas de bajos recursos económicos.
Y al inicio decía yo que será un drama, porque será de verdad difícil que los consumidores de papitas, churritos, pastelitos, galletitas y toda esa comida chatarra, que nos encanta, dejen de comerlas de un día para otro, especialmente los niños.
