NOCHE DEL GRITO EN MORELIA
En esta noche tan especial para todos los mexicanos, cuando celebramos el 209 aniversario de la Independencia Nacional mediante el tradicional Grito de Independencia, estamos conscientes de que los recuerdos de la tragedia de hace 15 años están a flor de piel.
A más de una década de los granadazos que cobraron la vida de ocho personas y dejó herida a más de 100, sigue ofendiendo el hecho que el atentado terrorista cometido en contra de civiles indefensos, sigue impune.
Y aunque parece imposible que después de tanto tiempo se pueda llevar a los responsables ante la justicia, existe la posibilidad de que caso pueda reabrirse.
Por lo pronto, los familiares de las víctimas que por supuesto no olvidan lo ocurrido, reclamaron que en el evento donde se montó una guardia de honor, no estuvo presente el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, ni el alcalde Alfonso Martínez Alcázar.
Ante un tema tan sensible y por considerarse el primer acto terrorista debidamente documentado y catalogado como tal en suelo michoacano, la presencia de las más altas autoridades del Estado era requerida e indispensable como símbolo de respeto, empatía, solidaridad con las familias de las víctimas y sobre todo, asumir el compromiso gubernamental para que un acto así, no vuelva a enlutar a los hogares michoacanos.
Desde hace 15 años, en Michoacán la celebración del Grito de Independencia tiene una connotación diferente, de sentimientos encontrados; por un lado, se festeja la alegría por seguir teniendo una Patria libre y soberana y por otro, tiene un matiz muy triste, que recuerda a quienes, con su vida, han contribuido a que tengamos un país de libertades.
Sin embargo, celebremos sin melancolía, pero eso sí, con mucho respeto, la Independencia de México.
Que Viva México
