EL FRACASO MIGRATORIO
Uno de los más grandes fracasos de la administración del presidente López Obrador es su política migratoria, que se ha convertido en quienes buscan el sueño americano, en la pesadilla mexicana, ya que cientos de ellos son víctimas de los grupos criminales que operan en todo el territorio nacional o de los propios agentes de migración.
Al realizar en total libertad su recorrido por todo territorio nacional, desde la frontera sur hasta la del norte, los migrantes se juegan la vida a cada kilómetro que recorren, y como cada vez hay un mayor número de migrantes internados en el país, menos posibilidades existen de atenderlos y protegerlos.
Por ejemplo, un nuevo incremento en el flujo de migrantes que cruzan por México mantiene saturados albergues de la sociedad civil, estancias del DIF, terminales de autobuses y comedores comunitarios en el sur, centro y norte del país.
En la Ciudad de México, cientos de migrantes buscan a diario refugio en diversos refugios como la Casa de Acogida, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Sin embargo, su espera se ha transformado en una estadía en un campamento improvisado a la intemperie, donde duermen unas 200 personas.
En Tapachula, Chiapas, los cruces de migrantes por el río Suchiate se incrementaron desde hace una semana, y se suman a los miles que llevan meses varados en esa ciudad.
Cada mañana, entre 2 mil y 3 mil migrantes buscan realizar un trámite en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados o en el Instituto Nacional de Migración.
En el estado, la presencia de migrantes ha saturado diferentes terminales de autobuses, como las de la capital Tuxtla Gutiérrez, donde las personas han instalado casas de campaña y lonas, en espera de algún documento para continuar su camino al norte.
También han optado por sobrevivir en los estacionamientos de plazas comerciales y este fenómeno se repite en los municipios de Mapastepec, Pijijiapan, Arriaga, Tonalá y San Cristóbal de las Casas.
En Veracruz, la detención de migrantes mantiene saturados los albergues de los DIF Estatal y municipales, por lo que se construirán seis nuevos centros, con recursos de los tres niveles de gobierno, en los municipios de Poza Rica, Xalapa, Zongolica, Hidalgotitlán, Acayucan y Uxpanapa.
Ante el incremento migratorio, los seis municipios del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se declararon sin capacidad para recibir a las personas en movilidad. En Juchitán, las dos terminales de autobuses se encuentran saturadas, pues más de tres mil 500 migrantes que están varados y buscan avanzar a la frontera norte vuelven casi imposible poder comprar un asiento.
La red de 31 albergues que reciben a migrantes en la ciudad fronteriza de Tijuana, en Baja California, se encuentra a punto del colapso ante el arribo de miles de extranjeros que buscan cruzar a Estados Unidos. Detalló que en la ciudad hay unas 5 mil 500 personas en refugios, mientras que la capacidad total estimada es de 6 mil.
A diferencia de otros años, dijo, ahora son extranjeros de países como Venezuela, Rusia, China, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, República de Guinea, en su mayoría desplazados por la violencia.
Esta historia se repite en todo el país, donde la ola migratoria está presente prácticamente todas las ciudades y municipios fronterizos, tanto del sur como del norte de la nación.
Ante la incapacidad gubernamental de detener el flujo migratorio y los delitos que vienen con ello como la trata y el narcotráfico, circula en los pasillos de Palacio Nacional la versión de que el presidente prepara un decreto para regularizar su estancia en territorio nacional.
Si bien es difícil calcular con exactitud en número de migrantes que se encuentran en México, se estima que de enero de 2023 ha la fecha ha habido poco más de seis millones de personas.
De ser así, el mismo número de personas que el gobierno federal dice que sacó de la pobreza, ahí están seis millones más que engrosarán ese segmento social.
