LA EXTORSIÓN POLICIACA
Un nuevo escándalo en contra de elementos estatales de seguridad se hace del dominio público a partir de la muerte de Elvira, joven mujer de 33 años que fue alcanzada por un rayo el pasado 15 de septiembre en la playa de Maruata, donde tras el terrorífico suceso, su esposo tuvo que afrontar intentos de extorsiones por parte de autoridades michoacanas para entregarle el cuerpo.
Elvia y su esposo Roberto llegaron a Maruata ese fin de semana juntos, sin saber que esos serían sus últimos momentos en pareja.
Tras acampar y tomar varias fotos, describió el afectado, notaron a lo lejos una tormenta eléctrica que en pocos segundos estaba sobre ellos y cuando su esposa comenzaba a caminar para abandonar la playa, fue alcanzada por un rayo muriendo en el acto, al igual que otra persona que se encontraba a unos metros de ella.
Roberto comentó que, tras el incidente y en su desesperación intentó pedir auxilio, pero en la playa no hay señal, ni puntos para la atención de alguna emergencia, por lo que, con apoyo de locatarios de la zona, intentaron ayudar a su esposa.
Agregó que de la playa el municipio más cercano es Coahuayana, que está a más de una hora de distancia. Por ello, comentó que el cuerpo de Elvia estuvo poco más de cuatro horas sobre la arena.
Además de la tristeza de perder a su esposa de esa manera tan traumática, Roberto vivió un viacrucis con la fiscalía de Michoacán para recuperar su cuerpo, pues en cierto tiempo del proceso, las autoridades aprovechaban para pedirle dinero para acelerar los trámites.
“Si quieres que te ayudemos con esa documentación, échanos la mano y puede que esto avance un poco más rápido, reveló Roberto, entonces, sí, la verdad es que creo que me pidieron dinero en cada parte que tenía que hacer, en Fiscalía a cada rato me estuvieron pide, pide y pide dinero”, denunció el afligido marido.
Por la desesperación, la familia de Elvia, que buscaban recuperar su cuerpo, fueron obligados a aceptar sepultarla, pero buscan el apoyo del gobierno de Guanajuato, estado de donde era originaria, para exhumar su cuerpo, cremarlo y llevarla a su casa.
“La verdad que al gobierno de Guanajuato quisiéramos pedirles el apoyo para poder hacer lo que es la cremación de mi esposa, es uno de los deseos que ella tenía, obviamente nosotros queremos respetar ese deseo y que por circunstancias de aquel lado, siempre se negaron”, confesó.
Con este triste epílogo Roberto despide a su esposa al tiempo de exhibir la corrupción y el abuso de autoridad existente en servidores públicos del estado, en este caso en agentes de la Fiscalía General que aprovechando la tragedia humana intentaron extorsionarlo sin clemencia alguna.
Esto es solo una prueba más de que, el secreto a voces sobre la corrupción existente en esa institución, es una práctica recurrente.
Pero como no hay denuncia de por medio, la intimidación y presunta extorsión policiaca contra Roberto quedará impune, así como cientos de otros delitos que a diario sufren los ciudadanos ante la complacencia de la autoridad.
