La “Casa del Pueblo se convierte en un bunker para resguardar la integridad física de los legisladores
En últimas fechas los legisladores michoacanos han acostumbrado blindar el recinto parlamentario en cada magno evento que realizan.
Y es que a pesar de que en discurso, los legisladores pregonan que el inmueble legislativo es “la casa del pueblo”, en los dos últimos actos protocolarios, han solicitado la presencia de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para impedir el libre tránsito de la ciudadanía y garantizar la integridad física de los parlamentarios.
Así sucedió durante la comparecencia del titular de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), Alberto Frutis Solis, ante la Comisión en el rubro.
Dicha comparecencia estaba programada en punto de las 18.00 horas en un edificio alterno y cercano a la sede parlamentaria, pero desde una hora antes, elementos policiacos cerraron la avenida, impidiendo el libre tránsito.
Los uniformados permanecieron ahí por un lapso de cinco horas, para permitir que el servidor público en materia educativa dialogara con los legisladores y se evitará la intromisión de los integrantes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE).
En esta ocasión, durante la presentación del Segundo Informe de labores del presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, el perredista Pascual Sigala Páez, nuevamente los uniformados sitiaron la casa del pueblo y negocios apostados en la avenida principal y únicamente se permitió la entrada al funcionariado público de primer nivel.
Al lugar arribaron integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE), pero el grupo antimotines impidió su paso y momentos antes del arribo del mandatario michoacano, los orilló a trasladarse a la Plaza Melchor Ocampo.
Cabe señalar que durante el trascurso de las sesiones ordinarias, en cada manifestación, movilización social o exigua presencia de personas que pretenden mostrar sus inconformidades a los legisladores locales, inmediatamente cierran todas las puertas del recinto parlamentario impidiendo la entrada o salida de cualquier persona.
Independientemente del número de manifestantes, los elementos de seguridad del parlamento y con apoyo del gobierno del Estado, es una constante que se blinde el parlamento. Así sucedió con la presencia de un grupo de 10 enfermeras durante una sesión ordinaria en el pasado periodo legislativo, para que la casa del pueblo se convirtiera en un bunker para resguardar la integridad física de los congresistas.
