Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa
Montesquieu (1689-1755) Filósofo francés
Hasta no hace mucho tiempo, la facultad de ingresar iniciativas de ley era facultad exclusiva de los servidores públicos, bien sea legisladores o representantes de los otros dos poderes, alcaldes o partidos políticos. O también de algunos organismos autónomos. Hoy, afortunadamente, es una realidad la llamadas iniciativa ciudadana, es decir, aquella presentada ante el Poder Legislativo por ciudadanos en lo particular o representando a organizaciones no gubernamentales.
Ciertamente no está muy extendida esa posibilidad, quizá por falta de información entre la ciudadanía al respecto, o bien porque si se presentan no pasan a veces ni los primeros filtros, seguramente por no venir avaladas por entes de poder. Pero de que está vigente en el caso michoacano, lo está.
Este miércoles, el Congreso del Estado aprobó una iniciativa presentada por una joven, por medio de la cual se decidió modificar el Código Penal de Michoacán, a efecto de que los delitos de abuso sexual contra menores de edad, no prescriban, lo que permitirá de ahora en adelante que nadie que cometa una ruindad de ese tipo se escude en el tiempo para no pagar penalmente las consecuencias.
Como escenario relativamente nuevo, será importante que los michoacanos primero conozcamos esa opción y, luego, que hagamos uso de la ella. Como cualquier cambio, en una primera instancia genera resistencias. Es normal. La clase política seguramente no de buen agrado ha tomado la obligación de desprenderse de la facultad que hasta ahora tuvo en exclusiva, de ser el único conducto para promover leyes, o modificarlas. Así que solo el seguir empujando en ese sentido desde la sociedad civil, permitirá que cada vez haya menos reticencia entre diputados.
Acaso por ser un tema notablemente sensible el que presentó la joven de nombre Verónica, encontró eco sin mayor reparo entre los diputados locales. Quizá en otros rubros no caminen tan fluidamente ese tipo de iniciativas, pero de cualquier manera debe resaltarse que hoy sean una realidad y, repito, lo importante será generalizar su uso.
Cierto, los diputados se reservan el derecho de validar o no iniciativas de ese tipo, pero su obligación es darles entrada, debatirlas y votarlas. Tarde, aunque mejor que nunca, llegamos a ese escenario. Depende de la sociedad civil qué tanto se consolida o no. Sería lamentable que por “desuso”, en algún momento se diera marcha atrás.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 341 días.
X@jaimelopezmtz
