Ningún vencido tiene justicia si lo ha de juzgar su vencedor.
Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español
En menuda encrucijada están metiendo desde el gobierno a los propietarios de bares, antros y centros nocturnos de Morelia: la ley, efectivamente, establece que deberán contar con los servicios de la Policía Auxiliar para sus tareas de seguridad.
Pero el gobierno mismo debe advertir que se trata de una carga injusta para esos empresarios, dado que en realidad se les pretende obligar al pago de un triple impuesto: uno, su aportación al fisco vía IVA e ISR; dos, el pago ineludible del derecho de piso o extorsión al que son sometidos por los cárteles de la criminalidad, y tres, al tener que contratar a la Policía Auxiliar, sí o sí. Hay incluso los que pagan doble cuota por piso, al ser dos los cárteles que les presionan.
En estricto sentido, solo el pagar los impuestos al Estado, vía el fisco, debiera ser suficiente para que se les devolviera en servicios, comenzando por el de la seguridad. Solo en México se ve que los impuestos no retornen en servicios, y que aparte haya que contratar seguridad privada. Ya ni hablar del tercer impuesto, al narco.
El gobernador Ramírez Bedolla tiene razón cuando recuerda que por ley los llamados giros rojos deben contratar a la Policía Auxiliar, pero eso no significa que dicha ley sea justa. En un acto precisamente de eso, de justicia, el mandatario bien haría en promover la anulación del marco legal de referencia. Desde el gobierno debe haber la suficiente sensibilidad de que no es posible cargarle más la mano a los propietarios de esos negocios, que ya son objeto de presiones y amagos constantes de la criminalidad: es un hecho que no hay uno de ellos que no pague derecho de piso. Los recientes ataques a esos lugares son evidencia de lo que pasa cuando no se paga.
Los menos injusto, dado que el gobierno no brinda la seguridad a la que estaría obligado, es que los empresarios decidan a cuál acuden, a la privada o a la Policía Auxiliar. Que no sea una camisa de fuerza. Un poco de sensibilidad desde el poder público, pues, no viene mal en estos asuntos. Ojalá exista.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 330 días. X @jaimelopezmtz
