Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla
Fidel Castro (1926-2016) Presidente y dictador de Cuba
A la par de las precampañas presidenciales, la etapa de la difusión de spot de manera masiva en radio y televisión por parte del órgano electoral y de los partidos políticos, ha arrancado por igual, sin ningún cambio en formatos, alcances y contenidos, lo que presagia un nuevo fracaso en cuanto a sus resultados.
En teoría, los partidos buscan posicionar candidatos, ideas y visiones programáticas. El Instituto Nacional Electoral, a su vez, fomentar la participación ciudadana en la jornada de votaciones. El volumen de spot, su saturación, deriva en que esos objetivos no solo no se cumplan, sino que resulten contraproducentes.
La friolera de cuarenta y ocho minutos al día en cada estación de radio y de televisión del país, es el tiempo que por ley el INE y los partidos pueden ocupar para su propia promoción y la de los candidatos de partidos políticos. Huelga aclarar que es gratis, por obra de una abusiva ley.
Es una verdadera grosería que en cada corte comercial la audiencia tenga que sufrir spot tras spot de unos y otros candidatos, con mensajes regularmente sosos, flojos, sin mayor contenido y por ende sin mayor impacto. Fue el modelo que arrojó la reforma legal posterior a las elecciones de 2006, como una concesión del gobierno calderonista a la entonces oposición liderada por Andrés Manuel López Obrador, y que no ha sufrido ningún ajuste durante estos años.
Está claro que la repetición constante de mensajes políticos, produce lo contrario a lo que en teoría se busca: el ciudadano se hastía y en represalia suele darle la espalda a su obligación cívica de votar. Está comprobado, además, que las campañas de spot masivo no hacen variar tendencias de votación entre el electorado, como tampoco le mueven a votar a quien tiene decidido no hacerlo.
Luego entonces, bien le vendría a la clase política y al propio INE evaluar ese modelo de comunicación que, está visto, ha dado todo de sí: la escasa participación en los comicios y el ínfimo interés en las campañas políticas por parte del electorado, así lo dejan en claro. Por lo pronto, a prepararnos para la embestida brutal de spot en radio y televisión. Y como son obligatorios, pues a ponerle la mejor cara. Es lo que hay.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 313 días.
X@jaimelopezmtz