No puede haber paz sin justicia, ni justicia sin verdad, como no puede haber verdad a menos que alguien se levante para decírtela
Louis Farrakhan (1933-?) Líder religioso y activista social norteamericano
El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Virtual de Michoacán ha descobijado a las autoridades de la institución y ha puesto a funcionar el ventilador: se ha violentado de tal forma la reglamentación para la compatibilidad de carreras, que los títulos que desde el 2021 se han expedido en todos los niveles, licenciatura, maestría y doctorado, están a un tris de constituirse en fraudulentos, o en “patito” para decirlo coloquialmente y que no quede duda de lo que estamos hablando.
Fundada en el godoyato –algo positivo debiera tener ese periodo gubernamental-, la Universidad Virtual arrancó con el pie derecho, se posicionó rápido como una institución seria, incluso de prestigio, que con una sólida y profesional plantilla docente y con el plus de la tecnología favoreciendo la educación a distancia, se instauró como una excelente opción para ampliar la cobertura educativa de licenciaturas y posgrados.
La institución fue en ascenso continuo, hasta que en 2021 llegó a la Rectoría David Mendoza Armas, donde a decir del líder de los trabajadores, Salvador Aguilar, comenzó el declive en el prestigio, dado que el propio Mendoza y varios funcionarios más se autorizaron a sí mismos equivalencias del cien por ciento en carreras para lograr maestrías y doctorados de forma fácil. Eso sí, a los alumnos se les obliga a acatar el reglamento de equivalencias entre carreras, que establece que en ningún caso serán mayores al 75 por ciento. El beneficio de la flexibilidad opera solo para funcionarios y recomendados.
Aguilar explica que el sindicato tiene documentados treinta y cuatro casos con esa grave irregularidad, pero está seguro que la cifra es mayor. Pero el asunto no queda ahí, dado que no existe registro de que haya ingresado recurso económico alguno por esas titulaciones, amén de que desaparecieron los documentos oficiales que daban fe de las titulaciones históricas que ha emitido la institución.
Hace alrededor de una década, el Cidem, Centro de Investigación para el Desarrollo de Michoacán, tuvo que cerrar puertas al descubrirse que sus directivos habían autorizado la entrega de posgrados al margen de la ley también a sí mismos, a familiares, a amigos y a políticos y funcionarios. Ahí nacieron los títulos patito. Esos son los originales patito.
Hoy, la Universidad Virtual los está reeditando, según la denuncia del líder sindical. Urge que la secretaria de Educación, Gabriela Molina, tome cartas en el asunto, lo mismo incluso que el propio gobernador Ramírez Bedolla. No es un tema nimio. Es altamente delicado. De no hacerlo, se estará condenando a la Universidad Virtual al mismo destino del Cidem, a ser catalogada como Universidad patito.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 259 días.
X@jaimelopezmtz