La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo
José María Vargas Vila (1860-1933) Escritor colombiano.
La construcción de un nuevo Periférico y la del Parque Agrologístico, ambos en Morelia, constituyen sin duda las dos obras de mayor envergadura de los últimos veinte años en la capital.
En el gobierno de Víctor Tinoco Rubí se edificaron las últimas obras de verdadera relevancia en Morelia: el nuevo edificio del Poder Judicial, los puentes vehiculares de las salidas a Pátzcuaro y Salamanca, el Pabellón Don Vasco, la Escuela de Educación Física, entre varias más.
Después de ahí, las administraciones de Lázaro Cárdenas, Leonel Godoy, Fausto Vallejo, Jesús Reyna Y Salvador Jara, pasaron sin pena ni gloria en cuanto a obra pública. El gobierno de Silviano Aureoles gestionó que la Federación destinara recursos para construir los distribuidores viales de las salidas a Salamanca y Mil Cumbres. Habrá que advertir que destinar insultantes montos presupuestales para satisfacer el apetito depredador del magisterio fue, entre otros factores, la explicación para la nula obra pública las dos décadas pasadas.
Por eso, es digno de resaltar que ahora los gobiernos estatal y municipal estén en condiciones financieras de materializar dos obras de vital importancia. Morelia es de las pocas capitales sin un verdadero periférico o libramiento, porque el que hace las veces del mismo es en realidad una avenida más en la ciudad.
Es urgente un nuevo anillo carretero urbano. Como trascedente es contar con un parque de atracción de capitales empresariales con un perfil moderno, como el Agrologístico que construye el ayuntamiento, porque también la Ciudad Industrial ha quedado absolutamente rebasada.
Es de esperarse que ello abra una nueva etapa de obra pública en la capital, en la que el gobierno canalice recursos cada vez en mayor medida, en lugar de dilapidarlos en mantener al ejército centista.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 233 días.
X@jaimelopezmtz
