Generalmente hablamos de los aspectos e impactos positivos que el turismo genera en el desarrollo regional de los destinos, sin embargo, ahora que se tiene una crisis por la escasez de agua, el impacto del turismo en el consumo de agua puede ser significativo y variado, dependiendo de diversos factores como la cantidad de turistas, el tipo de destino turístico y las prácticas de gestión del agua en la región específica.
Algunos de los aspectos a considerar incluyen: a) Demanda de agua potable; b) Uso en actividades recreativas; c) Infraestructura turística; d) Impacto ambiental, el turismo también puede tener impactos ambientales negativos en los recursos hídricos locales, como la contaminación del agua debido a la generación de residuos sólidos, aguas residuales y químicos utilizados en la industria turística; e) Estacionalidad.
En este orden de ideas, ha llamado poderosamente la atención información que se ha publicado respecto al excesivo uso de agua de turistas en Quintana Roo y es que en promedio, un turista que se hospeda en el corredor de la Riviera Maya llega a gastar hasta tres mil litros de agua por noche, una cantidad excesiva si se considera que el promedio es de no más de 60 litros diarios por persona, de acuerdo a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Alejandro López Tamayo, director de Centinelas del Agua, detalló que de no atenderse se camina hacia una pobreza hídrica, por ello urgen más acciones de concientización. Considerando que además del gasto que realizan los visitantes en los centros de hospedaje, se debe contabilizar el consumo diario de la población.
La cantidad de agua que se consume en Quintana Roo por la población local, es un promedio de 300 litros por persona, es decir, se tiene un gasto hasta seis veces más de lo que recomienda la OMS, de manera diaria. Detalló que la disponibilidad media de agua en el acuífero de la Península de Yucatán el año pasado fue de dos mil millones de metros cúbicos, una disminución si se compara con 2018 cuando fue de cinco mil millones de metros cúbicos.
El corredor de la Riviera Maya cuenta con una oferta hotelera de casi 115 mil habitaciones, con una ocupación promedio de 70%, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Turismo. Algunas cadenas hoteleras que están promoviendo acciones sustentables ya tomaron acciones y recomendaciones de asociaciones y organizaciones a favor del medio amoneste. Entre ellas destaca el ya no cambiar diario las toallas y sábanas de las habitaciones, colocando letreros para exhortar a los visitantes a no desperdiciar el agua y sistemas más industriales.
Entre los trabajos para el ahorro del agua que se están implementando son sistema de captación de agua a nivel industrial y hotelero, el tratamiento de las aguas residuales y reúso, así como el cuidado del agua de cada persona, es decir, usar sólo la indispensable.
Para mitigar el impacto del turismo en el consumo de agua, es fundamental implementar prácticas de gestión sostenible del agua, promover la eficiencia en el uso del recurso, fomentar la conciencia ambiental entre los turistas y las comunidades locales, así como invertir en tecnologías y infraestructuras que reduzcan el desperdicio y optimicen el uso del agua en la industria turística.
Finalmente, llamó poderosamente la atención que la presencia mexicana en la ITB de Berlín, considerada históricamente como la mayor feria turística mundial, ha estado marcada por la inclusión del nombre de la SEDENA, el acrónimo para la Secretaría de la Defensa Nacional que integran a los militares, junto a atractivos como el Tren Maya. Los asistentes del país comentaron este hecho inaudito en un evento de este tipo ya que por ejemplo ni Cuba se recuerda que haya exhibido a sus fuerzas armadas pese a ser las dueñas de la planta hotelera.
