La diferencia entre una dictadura y una democracia, consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.
Charles Bukowski (1920-1994) Escritor estadunidense
La ejecución de tres oficiales de la Guardia Civil, este domingo en la región ribereña de Pátzcuaro, debe obligar a los altos mandos a rediseñar sus protocolos de actuación.
La comisaria regional, Cristal García Hurtado, y los dos elementos que le acompañaban, Itzel Madero Larrea y David de Jesús Espinoza Valdés, transitaban en su patrulla en la carretera libre Pátzcuaro-Uruapan, la noche del domingo, cuando a la altura de la comunidad de San Juan Tumbio, habrían sido interceptados por criminales, quienes los asesinaron y quemaron su unidad.
No parece lo más razonable, dadas las actuales condiciones de criminalidad que prevalecen prácticamente en todo el territorio estatal, que tres oficiales realicen rondines sin más acompañamiento. Si se sabe que los criminales suelen moverse en varias unidades y en grupos nunca menores a diez o doce, es lógico suponer que tres policías podrán ser objeto fácilmente de un atentado. Por mero sentido común. Demos por sentado que iban bien armados y que contaban con la preparación para operar, pero ante un grupo igualmente armado pero superior notoriamente en número, es una irracionalidad enviarlos a patrullar.
Si es previsible ese riesgo, los protocolos de las policías locales deben cambiar, garantizando que por ningún motivo unos pocos elementos realicen recorridos sea en sitios urbanos o rurales. Supongo que al menos debieran contemplarse operativos con una docena de efectivos. Si ello obliga a contar con más recursos presupuestarios, así debe contemplarse.
Pero además, este ataque del domingo debiera llevar también a hacer obligatorio el uso de cámaras de video personales, que permitan saber en tiempo real las condiciones en que se encuentra cada policía. Sin necesidad incluso de solicitar ayuda en caso de emergencia, las cámaras permitirían conocer la situación al momento, para permitir la activación de los protocolos de ayuda.
Lo que no puede pasar es, justamente, que no pase nada. Que estos asesinatos no obliguen a rediseñar esos protocolos policiacos, sería criminal. Algo está mal en la Guardia Civil. Una sacudida es urgente, al menos para honrar la memoria de sus tres elementos asesinados. Veremos.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 208 días.
X@jaimelopezmtz
