Nada es tan peligroso como dejar permanecer el poder largo tiempo en un mismo ciudadano
Simón Bolívar (1783-1830) Militar y político venezolano
Menuda polémica desató el periódico capitalino Reforma, al difundir en su edición de este lunes, los resultados de una encuesta que elaboró para conocer niveles de aprobación del presidente López Obrador, y expectativas sobre el resultado de las elecciones presidenciales del 2 de junio. A aquel, le aumenta en veinte puntos sus niveles de aceptación con relación a la encuesta previa, y a su candidata Claudia Sheimbaum le reitera sus veinte puntos de ventaja sobre la opositora Xóchitl Gálvez.
En el lado oficial fue tendencia en redes exaltar el resultado, sobre todo por elaborar la encuesta el periódico más crítico de la 4T. Vaya, hasta el propio López Obrador, que alguna calificó al Reforma como “pasquín inmundo”, eufórico echó mano de la encuesta en su mañanera para vanagloriarse.
Desde la oposición, los señalamientos al rotativo fueron desde que ya se vendió al gobierno y entró al aro de la “compra” de encuestas para hacer permear la idea de que la elección está definida, hasta que su estudio demoscópico es altamente frágil en términos de profesionalismo.
Me parece que el Reforma no se ha “vendido”, pero sí su encuesta deja mucho que desear en cuanto a calidad y, por ende, a confianza.
A ver, puntos a resaltar para entendernos: uno, el universo de población fue de mil mexicanos, de los cuales la mitad no quiso contestar, y de la mitad que sí lo hizo, otra mitad dijo no tener aun definido su voto. Es decir, todo se redujo a un universo real de ¡quinientas personas! en un país de ciento treinta millones.
Dos, aun suponiendo que fuera posible validar el modelo con ese universo poblacional tan raquítico, no puede soslayarse que uno de cada dos hogares mexicanos tiene un miembro que recibe algún beneficio económico del gobierno, sea pensión, beca, etcétera, lo que hace lógica la respuesta favorable al gobierno o sus candidatos, aunque ello no necesariamente se traduzca en la certeza de un voto.
Y tres, la encuesta del Reforma se levantó en la primera semana de marzo, y no puede olvidarse que días atrás en los hogares donde hay el beneficio de una beca o una pensión, el pago de éstas llegó por duplicado, al adelantarse un bimestre por aquello de la veda electoral. Luego entonces, la euforia por el monto duplicado es entendible que se reflejara a la hora de la encuesta.
Creo que Reforma no mintió ni tergiversó deliberadamente su encuesta, pero ésta no pasaría un análisis riguroso en cuanto a soporte científico. Reforma es modelo periodístico, pero sus encuestas históricamente dejan mucho que desear.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 207 días.
X@jaimelopezmtz