En las dictaduras necesitas coraje para luchar contra el mal; en el mundo libre necesitas coraje para ver el mal.
Natan Sharansky (1948-?) Líder social ucraniano
Icono del constitucionalismo, Apatzingán también lo es, desafortunadamente, de la criminalidad mexicana. Epicentro de los cárteles delincuenciales, pero por mucho tiempo también de una pujante economía agropecuaria y comercial, el municipio emblemático de la tierra caliente michoacana, sigue siendo asociado, no sin razón, al riesgo y al peligro.
Así debió entenderlo el equipo de campaña de Claudia Sheimbaum que, supongo con informes y alertas de los gobiernos federal y estatal, decidió excluir de última hora a esa ciudad del itinerario que seguirá esta semana en tierras michoacanas la candidata presidencial.
Lo que le ocurrió hace una semana apenas en Chiapas, al ser interceptada por personas embozadas y quizá armadas, debió prender los focos de alarma de la propia candidata oficial. El incidente en Chiapas evidenció una peligrosa fragilidad de su sistema de seguridad y así como fue interceptada por civiles que iban en son de paz, bien pudo serlo por parte de criminales con fines aviesos.
Por eso, ante esa realidad, me parece que hace bien Sheimbaum y su equipo en sacar a Apatzingán de la ruta de tres días por la entidad, porque hubiera sido una insensatez haberse aferrado al itinerario original, cuando las ejecuciones a taxistas no merman, los enfrentamientos entre delincuentes antagónicos van a la alza y los candidatos locales son objeto de amagos y presiones de máxima peligrosidad.
Supongo que aunque esté distanciado políticamente de Sheimbaum, el gobernador Ramírez Bedolla fue consultado al respecto, y debió haber respondido con responsabilidad para reconocer la falta de condiciones mínimas de seguridad para que la candidata acudiera a Apatzingán.
Es penoso, pero es la realidad. Por esta vez, pues, se actuó con cordura.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 165 días.
X@jaimelopezmtz