Nuestra era moderna de tecnología, facilita la dictadura.
Henry A. Wallace (1888-1965) Vicepresidente estadounidense
No es cuestión de números, sino de peso intelectual; no es asunto cuantitativo sino cualitativo. Que 250 académicos, científicos e intelectuales signen una carta en respaldo a Xóchitl Gálvez, no es un evento soslayable como lo pretenden López Obrador y su candidata Claudia Sheimbaum.
Los firmantes se dicen preocupados por el rumbo que, advierten, está tomando el país: el rumbo del autoritarismo, porque de él sigue, irremediablemente, el de la dictadura.
Cierto, son 250 nombres, 250 voces, 250 advertencias de lo que se viene. Cuantitativamente no tienen mayor significado 250 posibles votos. Eso es obvio. El punto es el peso, el razonamiento y la estatura intelectual de los firmantes. A AMLO y a Sheimbaum no les queda sino recurrir a la tradicional pero cada vez menos eficaz descalificación: “son conservadores, son neoliberales, no significan nada…”
Son 250 personajes que tienen una claridad en torno al riesgo en que se encuentra el país si la 4T consolida su segundo piso: democracia, libertades, división de poderes, sí o sí estarán en juego el dos de junio.
Ángeles Mastreta, Roger Bartra, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, son solo algunos de los 250 firmantes. Visiones de diferente calibre, plurales en lo ideológico, algunas disímbolas, pero todas unidas en un factor común: frenar, o intentar frenar la consolidación de la dictadura cuatroteísta.
No es que Xóchitl Gálvez sea vista por ese grupo como la solución a los problemas de México, pero sí como la alternativa para mantenernos en democracia y libertades, escenario desde el que sí es posible reencauzar al país. Desde el precipicio al que nos lleva la 4T, jamás. Esa es la diferencia. Advertidos estamos.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 145 días.
X@jaimelopezmtz
