La historia demuestra que todas las dictaduras, todas las formas autoritarias de gobierno, son transitorias.
Vladimir Putin (1952-?) Presidente ruso
No por esperados, los nombramientos que anunció este jueves Claudia Sheimbaum dejan de preocupar y hasta alarmar.
Que Rosa Icela Rodríguez vaya a ser secretaria de Gobernación, confirma que la “presidenta científica” no ha podido quitarse del cuello la bota de Andrés Manuel López Obrador. Es claro que la reportera metida hoy a funcionaria de primer nivel en los dos gobiernos de la 4T, es imposición del tabasqueño, lo más probable que a disgusto de su sucesora. Donde manda capitán…
Con ella en Segob podemos irnos olvidando de un gobierno de diálogo y de interlocución con la oposición, con medios de comunicación, con los otros poderes, con sectores empresariales y en general con todo lo que esté instalado fuera de la 4T. Rodríguez es la personificación del dogmatismo y el manejo ideologizado del poder público. Pero además, no hay duda que ella responderá a López Obrador antes que a Sheimbaum.
Y que Mario Delgado vaya a encabezar la Secretaría de Educación Pública, es una ofensa y un escupitajo al sentido común, a la niñez y a la educación en sí misma. En todo caso, queda garantizada la continuidad de la educación no formadora de ciudadanos con visión científica y racional del mundo, sino enajenados y carentes de toda capacidad crítica, propia de la 4T.
Ariadna Montiel repetirá en la oficina encargada de repartir las limosnas gubernamentales con las que la 4T se asegura de tener un ejército de pobres pero seguros a la hora de las elecciones. Su eficacia quedó probada el dos de junio anterior. No hay duda cuál es el origen de su refrendo en la Secretaría del Bienestar.
En todo caso, Omar García Harfuch es, de ese paquete de nombramientos, el único cien por ciento de Sheimbaum, aunque es evidente que la Secretaría de Seguridad Pública que manejará, seguirá siendo un cero a la izquierda, porque el proceso de militarización iniciado por López Obrador y que su sucesora no se atreverá a modificar, consolidará que la Guardia Nacional siga siendo parte de la Sedena. Y sin Guardia Nacional, no se entiende qué otra función le queda a Seguridad Pública. No hay duda que por eso López Obrador avaló su nombramiento, porque de cualquier forma García Harfuch será un florero más en el gabinete.
En suma, nada digno de escribir a casa con los nombramientos anunciados este jueves por Sheimbaum. Solo la reiteración, por si quedaba alguna duda, de quién maneja los hilos en la conformación del gabinete de la “científica”.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 88 días.
X@jaimelopezmtz