Democracia significa gobierno para los que no tienen educación; y aristocracia significa gobierno para los mal educados
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Periodista británico
Un tigre, dicen, nunca deja solo a otro tigre. Y parece que la máxima aplica también para los dictadores.
Andrés Manuel López Obrador corre el riesgo de quedarse en la reducida lista de gobernantes que hacen mutis ante el monumental fraude electoral perpetrado por el oficialismo en Venezuela, en contra de la oposición y del pueblo mismo.
Cuando el mundo entero, al menos el mundo civilizado y democrático, fustiga al dictadorzuelo Nicolás Maduro y le exige reconozca su derrota, pero que además pare la brutal represión que ha ordenado contra todo aquel que ose manifestarse en contra del fraude, el presidente de México prefiere colocarse en el lado incorrecto de la historia, respaldando al dictador chavista.
Y, como ya es natural, Claudia Sheimbaum secunda a López Obrador en su esquizofrénica postura. Mandatarios de izquierda, como Lula en Brasil y Bori en Chile, le exigen a Maduro clarifique la elección y pare la masacre de su pueblo. Y es que una cosa es ser de izquierda y otra legitimar regímenes asesinos.
Por eso, Maduro solo está recibiendo el respaldo de un reducido grupo, como México, Bolivia, Nicaragua y Cuba. Y todos tienen en común algo con Venezuela: son gobernados por un dictador.
Y es que, como los tigres, los dictadores no se abandonan entre sí.
Y a la pesadilla, a la actual, ya solo le quedan 62 días.
X@jaimelopezmtz
