CLAUDIA Y TRUMP
El fenómeno político de Donald Trump y su regreso a la Casa Blanca, nos tiene asombrados a todos, tras ganar de manera arrolladora la elección presidencial a la candidata Demócrata Kamala Harris; Trump obtuvo el triunfo en estados norteños claves como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, además de Georgia, Carolina del Norte, Florida Y Texas.
El voto popular en todo el país, arrojó un 51.7 por ciento de los sufragios para Trump y un 47 por ciento para la demócrata, lo que demuestra a un país plenamente dividido por dos propuestas políticas.
Hay que recordar que Trump, prometió durante su campaña, firmar en su primer día en la Casa Blanca un amplio abanico de decretos presidenciales, incluidos un plan de deportación masiva y el veto a mujeres trans en deportes femeninos.
El año pasado, el magnate neoyorquino mencionó que sería un dictador solo en el primer día, con el objetivo de impulsar su plan que contempla cerrar la frontera con México.
En el transcurso de su campaña, la promesa que más hizo eco entre la población votante fue, en el momento que inicie sus labores presidenciales, iniciar la mayor deportación de inmigrantes de la historia de Estados Unidos.
En caso de ser aplicado, el plan requiere una coordinación entre agencias federales y autoridades locales para llevar a cabo redadas masivas en busca de los más de 11 millones de personas indocumentadas que viven en el país.
Sin embargo, esta medida debe encender las alarmas en México, pues tendría que recibir a ese número de deportados, lo que ocasionaría una crisis humanitaria en el país, principalmente en los estados fronterizos.
Ante ello, la presidenta Claudia Sheinbaum debe adelantarse y buscar una negociación que no afecte a México porque no hay capacidad de recibir a 11 millones de personas en un breve lapso de tiempo.
Hay un aspecto similar en el triunfo electoral de Claudia Sheinbaum en México y Donald Trump en Estados Unidos, ambos inician su mandato con el control total del Poder Legislativo; Trump gobernará con mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, mientras que en el caso de México, el Ejecutivo también tendrá subordinado al Poder Judicial. Claudia debe buscar coincidencias y no diferencias.
Ese poder casi absoluto de ambos dirigentes, debería ser utilizado para fortalecer las relaciones bilaterales, adoptar medidas conjuntas contra el calentamiento global, fortalecer el intercambio comercial, combatir de manera conjunta a los grupos criminales y hacer de Norteamérica, una zona segura para vivir.
