El mayor mal es el gobierno ilimitado
Friedrich Hayek (1899-1992) Economista austriaco
El Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, tiene un nombre rimbombante pero ha sido poco efectivo. Es la versión estatal del INAI, en proceso de aniquilamiento por la 4T, pero contrario a éste, el órgano en Michoacán ha sido un cero a la izquierda en materia de transparencia del poder público.
Aún así, bien haría Alfredo Ramírez Bedolla en no tramitar su desaparición.
El instituto michoacano nunca fue, ni de lejos, siquiera la sombra del INAI: siempre se ha manejado más como una entidad protectora de los intereses gubernamentales, que garante del derecho a la información de la ciudadanía. Ha sido la cara opuesta al INAI, pese a que debió haber sido precisamente su sombra. Y si la dictadura de la 4T decretó la desaparición del INAI, podría parecer lógico que en los estados se proceda a hacer lo propio con las versiones locales del órgano. Y si, como en el caso de Michoacán, no han acreditado ni justificado su existencia, se acrecentarían los argumentos para su desaparición.
Caso contrario sería si el IMAIP, como el INAI, fuera un organismo fuerte, autónomo, independiente del gobierno, que tuviera a éste contra las cuerdas en la exigencia de ser transparente. Para nada. Para ser francos, no pasaría nada si el IMAIP también es pulverizado por la troglodita 4T.
Pero contrario, por ejemplo, a la reforma judicial, donde los estados están obligados a modificar también el método de selección de jueces y magistrados locales, en el caso de la desaparición del INAI no hay ninguna obligación para las entidades de secundar localmente la medida. Queda a discreción de los gobiernos estatales. Y en ese sentido, Ramírez Bedolla enviaría una señal peligrosa si promueve la extinción del IMAIP, non porque sea muy relevante su operación, sino porque el gobernador no está obligado a cargar con un lastre surgido de la mente enferma del dictador López Obrador.
Bedolla puede dejar con vida al instituto michoacano, primero porque no le representa ningún riesgo de contrapeso, y segundo porque con ello quedaría relativamente a salvo su imagen como parte del grupo político que liquidó la vida institucional de México. Sí, Bedolla es parte de la 4T, pero tampoco está obligado a secundar todas las locuras dictatoriales de ella. Su talante está puesto a prueba. Veremos cómo reacciona.
X@jaimelopezmtz