Antes de construir una ciudad, hay que formar ciudadanos:
Georges Jacques Danton (1759-1794) Político francés
Era previsible que la estrategia del alcalde Alfonso Martínez, de comenzar a viajar al interior del estado, levantara polvareda en la 4T. No es para menos: si hay alguien que puede disputarle al partido en el poder la gubernatura en el 27, es él.
Por ende, todo lo que haga o deje de hacer generará suspicacias y críticas de la 4T. Pero a nadie debe alarmar más de la cuenta, porque por supuesto que él, y varios en Morena, tienen en la mira el 27. Son políticos de carrera y lo normal es que diseñen estrategias políticas a futuro.
El punto es que la gubernatura michoacana está en el limbo: tantas posibilidades tendrá el candidato o la candidata morenista del oficialismo, como el propio Martínez, así que lo anormal sería que todos los aspirantes se mantuvieran en la peligrosa quietud.
Eso sí, el edil moreliano tiene una desventaja con relación al morenismo: será doble o triplemente vigilado por el Congreso, a través de su órgano auditor, para fincarle responsabilidades al primer indicio de posible irregularidad, sea o no fundada. Y por si fuera poco, Martínez debe estar consciente que el INE está absolutamente colonizado y doblegado por la 4T, lo que lo vuelve en un árbitro parcial, que hará cuanto le ordene el gobierno y el partido en el poder para descarrilar electoralmente a adversarios fuertes, como él. A todo ello no deben temer los aspirantes de Morena.
El jefe de la comuna moreliana tiene dos años para posicionar su imagen como político de corte estatal. Gobernar la capital es buen trampolín, pero no suficiente.
Como sea, mientras se respeten tiempos y formalidades legales, a nadie debe espantar que preparen el terreno lo mismo Martínez que Fabiola Alanís o Raúl Morón, por citar los tres perfiles más naturales por ahora. El político que no aspire a crecer, mejor que se retire.
X@jaimelopezmtz