Nada va bien en un sistema político, en el que las palabras contradicen a los hechos:
Napoleón Bonaparte (1769-1821) Emperador francés
Para cumplir su capricho de jugar a los trenecitos en el sureste, Andrés Manuel López Obrador no tuvo empacho en violar la ley, devastar la zona con el derribo de siete millones de árboles y, ahora se sabe, dotar de atribuciones a la Sedena para matar animales “nocivos” para la operación del Tren Maya.
Es decir, además de tirar a la basura medio billón de pesos en un proyecto que nunca será redituable, López Obrador no se tocó el corazón para aplicar el mayor ecocidio en la historia en el sureste mexicano. Todo, para asegurarse que nada ni nadie fuera un obstáculo para su trenecito.
El Universal exhibe este domingo que por ley, el funcionamiento del Tren Maya es prioritario y si en su operación se consideran riesgosos el jaguar, el tapir o el venado, hay la facultad para ahuyentarlos y, si es necesario, dormirlos con tranquilizantes y, en el extremo de la insensatez, eliminarlos.
No es mala broma. Es parte del convenio que el gobierno, a través de la Sedena, ha firmado con empresas particulares para que colaboren en el manejo de “fauna nociva”. Para la 4T, “fauna nociva” es el majestuoso jaguar, por ejemplo.
No hay duda que con López Obrador y ahora con Claudia Sheinbaum, México ha regresado varias décadas en su desarrollo en varios rubros. En el ecológico es de alarma la visión cuatroteísta. Si hay que talar siete millones de árboles, si hay que cazar al jaguar, al tapir y al venado, todos en peligro de extinción, ni modo. Serán víctimas colaterales, porque lo importante era que el capricho de López Obrador se materializara.
Bueno, si para su gobierno no importó que murieran trescientos mil mexicanos por encima de los rangos normales durante la pandemia; no importó tampoco que murieran tres mil niños en los últimos años por falta de medicinas contra el cáncer, menos iban a importar unos pocos millones de árboles y poner aún más en riesgo de extinción al jaguar y a las demás especies endémicas de la región. Si el dictador está contento, el pago es mínimo.
X@jaimelopezmtz