LA MONARCA, EN PELIGRO
Un duro golpe al turismo ecológico en Michoacán será el resultado de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos haya declaró a la emblemática Mariposa Monarca, como una especie “amenazada” y propuso la protección de una de las especies más queridas del país, al tiempo de alentar al público a ser parte de su recuperación.
“La icónica mariposa monarca es apreciada en toda América del Norte y cautiva a niños y adultos a lo largo de su fascinante ciclo de vida. A pesar de su fragilidad, es notablemente resistente, como muchas cosas en la naturaleza cuando simplemente les damos una oportunidad”, dijo la directora del organismo de vida silvestre, Martha Williams.
Las autoridades ecológicas recomiendan “proporcionar a las mariposas monarcas suficientes plantas de algodoncillo y néctar, incluso en áreas pequeñas, que puede ayudarlas a encaminarse hacia la recuperación. Trabajando juntos, podemos ayudar a que esta extraordinaria especie sea un legado para nuestros hijos y las generaciones futuras”, dijo Williams.
Pero mientras todo eso sucede, habrá que ver qué tipo de protección y manejo tendrán los santuarios de la monarca que están establecidos en Michoacán, pues seguramente habrá regulaciones internacionales para su protección.
En Michoacán, hay cinco santuarios principales de la mariposa monarca: El Rosario, Sierra Chincua, Senguio, Macheros y El Capulín. Estos santuarios forman parte de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, que abarca partes de Michoacán y el Estado de México.
En cuanto a los ejidatarios, muchos habitantes locales dependen del cuidado y la conservación de estos santuarios para su sustento económico. Ofrecen servicios como guías turísticos, venta de artesanías y productos locales, y actividades ecoturísticas.
Las restricciones para visitar los santuarios pueden representar varios problemas para la región. Por un lado, limitan el flujo de turistas, lo que puede afectar negativamente a la economía local que depende del turismo.
Además, las restricciones pueden dificultar la educación y concienciación sobre la importancia de conservar estos santuarios y la biodiversidad que albergan.
En resumen, aunque las restricciones son necesarias para proteger el hábitat de las mariposas, también pueden tener un impacto negativo en el turismo y la economía local.
Habrá que ver cómo responden las autoridades estatales a este nuevo desafío que se presenta para Michoacán.