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lunes, noviembre 25, 2024

EL CIUDADANO MEADE

J MA. CARDONASe reveló el enigma y el dedo cayó en José Antonio Meade, pero no fue el dedo presidencial el que lo designo como precandidato a la presidencia de la republica por el PRI, sino el capital financiero internacional donde el presidente Peña Nieto tan solo fue el instrumento manipulable para llevar a cabo la operación política de acuerdo a la liturgia priista.

En los medios de comunicación ha habido una sobre exposición del ahora precandidato donde se cubrió cada paso del ritual como si ya fuera el futuro presidente.

Dos cualidades son resaltadas tanto por el PRI como por los medios de comunicación, una de ellas que es un precandidato “ciudadano” y la otra su inmaculada trayectoria en cuatro secretarias del gabinete presidencial tanto en el gobierno de Felipe Calderón como de Enrique Peña Nieto y fuera de los escándalos de la corrupción que han alcanzado a otros miembros del gabinete presidencial y del propio Peña Nieto.

Como aspirante a la precandidatura Meade, tuvo que ir como “pordiosero” a pedir a todos los sectores que componen el PRI el supuesto apoyo para la precandidatura de un partido al que no pertenece, pero en corto les dijo que era una decisión del capital financiero internacional para continuar con el modelo económico de los últimos treinta y cinco año neoliberal impuesto a través por el Consenso de Washington que es producto del poder financiero de Wall Street.

Por lo tanto, de ganar la presidencia el ciudadano Meade seguirá aplicando la misma medicina que consiste en conservar la estabilidad financiera, es decir mantener bajo control el proceso inflacionario, finanzas públicas sanas que significan reducir al máximo el  déficit público que implica ajustes al gasto público principalmente el del gasto social en los renglones de educación, salud y toda la política que combate a la pobreza.

Esta política de estabilización tiene como consecuencia un bajo crecimiento económico de apenas el 2 por ciento del PIB del país y una tasa alta de desempleo y subempleo aunque se diga lo contrario; esta política económica significa como ha quedado demostrada una verdadera fábrica de pobres, a favor de la especulación financiera.

Lo que ofrece Meade es más de lo mismo; educado en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) donde se ha formado los principales tecnócratas del país, que consideran que los problemas económicos son producto del mal manejo de la política monetaria y el excesivo gasto público – por ello se recomienda el aumento de la carga impositiva a través del aumento de los impuestos – que lleva irremediablemente a altas tasas de inflación y a las crisis económicas recurrentes.

Las finanzas públicas deficitarias obligan a los gobiernos al endeudamiento tanto interno como externo y a su vez provocan aumentos excesivos en las  tasas de interés que aumentan el costo del crédito a las familias y a las empresas por lo que frena la inversión productiva y con ello se produce la crisis económica y el desempleo masivo, por lo tanto hay que combatir el aumento del endeudamiento, mediante el aumento de los impuestos.

Otro factor de esta política es la cambiaria, donde el tipo de cambio se encuentra en libre flotación y la política cambiaria y monetaria determina los mecanismos para evitar fugas de capitales y con ello devaluaciones o depreciaciones de la moneda nacional.

Un último elemento a considerar es la apertura comercial a través del agonizante Tratado de  Libre Comercio, que contribuye a través del libre intercambio de mercancías y flujos de capitales a disminuir el proceso inflacionario y aumentar la competencia y supuestamente la productividad.

Pero esta política neoliberal impone el control a los aumentos salariales para evitar un aumento en el consumo de los trabajadores supuestamente y con ello impedir presiones inflacionarias, pero esto lleva al deterioro de los salarios.

Así de esta manera el ciudadano Meade, hoy precandidato del PRI a la presidencia de la republica también es una expresión de la crisis política de este partido producto del repudio ciudadano hacia el gobierno de Peña Nieto y que no hubo un militante priista confiable para el capital financiero internacional.

También es una respuesta al neopopulismo senil de López Obrador que hoy encabeza las encuestas y que constituye según los inversionistas nacionales como extranjeros un factor de riesgo para el país.

Hay que esperar, hasta donde llega el ciudadano Meade en su carrera presidencial si logra derrotar a la esperanza de México, aunque un dirigente de la CTM lo haya designado el verdadero candidato de la “esperanza” para un país de pobres producto del neoliberalismo.

     

                   

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