Las carencias que la comunidad enfrenta, entre los argumentos para tener control sobre un presupuesto anual de 2 millones 350 mil pesos
Miembros de la comunidad afromexicana El Ticuiz se reunieron para anunciar el inicio del proceso hacia su autonomía, comunidad, que se ubica en el municipio de Coahuayana y es la única de Michoacán reconocida oficialmente como afromexicana por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), exponen que fueron las carencias que la comunidad enfrenta las que impulsan su decisión de buscar la autonomía.
En encuentro con los medios de comunicación, Pavel Guzmán, vocero del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) hizo un llamado a las autoridades para que se respete el derecho de la comunidad a decidir su futuro, incluido el control sobre su presupuesto directo, cuyo monto anual de 2 millones 350 mil pesos no ha sido destinado de manera efectiva a sus necesidades, por ende, la comunidad denuncia que, a pesar de los fondos asignados, el municipio ha desviado los recursos hacia otras obras que no los benefician directamente.
Octavio L. Camacho, encargado del orden en la comunidad, subrayó la necesidad urgente de contar con recursos propios para mejorar las condiciones del sitio, recalcó que la comunidad enfrenta una serie de dificultades, desde la falta de infraestructura adecuada hasta la escasez de servicios públicos esenciales como lo son la recolección de basura y el mantenimiento del alumbrado público, expuso, que en los últimos meses el municipio ha interrumpido algunos de estos servicios, coincidiendo con el inicio de la solicitud de autonomía, lo que ha generado preocupación en los habitantes.
Por su parte, Nicolás Ibarra Sánchez, asesor jurídico de la comunidad, explicó que El Ticuiz está compuesto por alrededor de 500 habitantes, quienes se dedican principalmente a la agricultura, ganadería y pesca. Sin embargo, han sido excluidos de los beneficios que les corresponderían por ser una comunidad afromexicana, incluyendo el presupuesto asignado por el municipio. Ibarra resaltó que a pesar de ser una de las principales zonas pesqueras de la región, enfrenta problemas medioambientales debido al vertido de desechos municipales en los cuerpos de agua cercanos, lo que afecta tanto la salud de los habitantes como la calidad de los recursos pesqueros.
La comunidad también ha priorizado en su lista de necesidades la reestructuración de infraestructuras claves, como la calle principal que conecta con la escuela, la mejora del jardín comunitario y la creación de servicios médicos básicos. Aunque reconocen que no podrían calificar para una clínica completa, insisten en la importancia de contar con atención médica adecuada, sobre todo, en una zona rural con escasos recursos.
En cuanto al proceso de autonomía, ya han presentado su solicitud al Instituto Electoral de Michoacán, con el objetivo de realizar una consulta vinculante que permita a los miembros de la comunidad decidir si desean administrar directamente su presupuesto y gobernarse de forma autónoma. Este proceso está respaldado por el Consejo Supremo Indígena, que se comprometió a acompañar legal, social y políticamente a la comunidad en su lucha por la autodeterminación.