Es tiempo de introspección, de reconocer los pecados, de arrepentimiento y conversión, ha dicho el Arzobispo de Morelia en su mensaje
«Polvo eres y en polvo te convertirás» es la frase que nos recuerda que sin Dios nuestra alma quedará reducida a polvo por el pecado. Con la imposición de la ceniza como signo externo que compromete a la conversión y a la penitencia, inicia hoy miércoles de Ceniza el periodo de Cuaresma que es el tiempo para la paz y el espacio previsto para preparar al pueblo de Dios para la gran celebración de la Pascua de el Señor.
Los fieles han acudido desde temprana hora a los templos para recibir la santa insignia de la Cruz en su frente. La ceniza es el signo más conocido de la Cuaresma y nos señala como pecadores. Recibir la ceniza es manifestar públicamente que nos arrepentimos de haber ofendido a Dios y nuestro compromiso de hacer penitencia y cambiar. El sacramento de la reconciliación dio origen a la ceremonia de la imposición de la ceniza del sacerdote a los fieles.
Cuaresma es tiempo de introspección, de reconocer los pecados, de arrepentimiento y conversión, ha dicho el Arzobispo de Morelia en su mensaje de este miércoles de Ceniza e inicio del periodo en que Jesús pasó 40 días y sus 40 noches orando en un ayuno y en un encuentro con Dios Padre antes de su Pasión y Muerte. Es un tiempo que «con una gran esperanza este 5 de marzo inicia la Cuaresma y es un tiempo para ser honestos con nosotros mismos y con Dios, mediante el reconocimiento de lo precario de una vida carente de amor y abundante en rupturas y en desencuentros».
«Es tiempo para la reconciliación tan necesaria en todas partes», pronunció, en las familias, en las comunidades, en las instituciones y en la sociedad misma. Tiempo de escucha y de diálogo como herramientas para el encuentro el perdón y la construcción de la paz dijo Monseñor Carlos Garfías Merlos a los fieles católicos, es tiempo de conversión al Dios vivo y verdadero, el Dios de Jesucristo quien muriendo vence a la muerte y el poder destructor del pecado. Por ello conminó a toda la feligresía a aprovechar paso a paso el tiempo de la Cuaresma «y prepararnos para vivir este tiempo favorable para encontrar el camino de la armonía y la seguridad y la paz».
Nos disponemos a recorrer de nuevo el camino cuaresmal que nos conducirá a las solemnes celebraciones del misterio central de la fe: el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y para vivir el tiempo apropiado que la Iglesia ofrece a los creyentes para meditar sobre la obra de la salvación realizada por el Señor Jesús en la Cruz. Es una ocasión providencial de conversión y «nos ayuda a contemplar este estupendo misterio del amor, es un retorno a las raíces de la fe porque meditando sobre el don de la gracia inconmensurable que es la redención nos damos cuenta de que todo ha sido dado por amorosa iniciativa divina».
La Cuaresma nos ayudará de manera especial a entender que la vida ha sido redimida en Él, en nuestro Señor Jesucristo.
Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua, es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados «y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo», es acompañar a Jesús durante sus 40 días en el desierto el ayuno.
Durante este tiempo es hoy miércoles de Ceniza y también en el Viernes Santo en Semana Santa en Qué es obligado el ayuno, es decir, únicamente se hace una comida al día y también la abstinencia. De los demás viernes de este periodo se guarda solo abstinencia de comer carne.