La experiencia es una maestra dura, porque primero te hace el examen y luego te da la lección:
Vernon Sanders Law (1930-?) Beisbolista profesional estadounidense
Es evidente que Claudia Sheinbaum detectó que Teuchitlán podría ser para ella lo que Ayotzinapa para Enrique Peña Nieto y puso manos a la obra:
Primero, no negar los hechos, pero sí matizarlos a su mínima expresión. Algo así como sí pudo ser un campo de entrenamiento del crimen organizado, pero los medios y los opositores han magnificado perversamente el tema porque son nuestros opositores.
Dos, infaltable entre dictadores, martirizarse, tomar para sí los señalamientos para aparecer como las verdaderas víctimas. En el discurso oficial, las víctimas no son los jóvenes asesinados en el rancho jaliscience, ni sus familias, sino Sheinbaum.
Tres, nunca falla: anunciar medidas mediáticamente estridentes, pero que no se materializarán. La presidenta dio a conocer que se fortalecerá la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, como si ésta tuviera alguna utilidad que no sea convalidar y legitimar desde un organismo “autónomo”, las políticas públicas y las medidas gubernamentales, sean un fracaso o no.
Y cuatro, poner cara de compungimiento cuando aborde el tema, como para que se olvide su alegre baile con niñas indígenas, horas después de descubrirse el infierno del rancho Izaguirre.
Sheinbaum supone que con esa estrategia no seguirá los pasos al precipicio de Peña Nieto por el caso Ayotzinapa. Es “estrategia” de nivel 4T, es decir, trillada y poco imaginativa, pero con sus huestes, enteramente efectiva.
X@jaimelopezmtz
