Triste época la nuestra: es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio:
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán
Los sindicatos y agrupaciones gremiales más fuertes han decidido unir fuerzas para luchar como un solo bloque en la solución a sus demandas, que lo único que tienen en común es que el gobierno estatal es el “adversario”.
Encabezan el bloque el STASPE, el SPUM y la CNTE, así como las uniones de transportistas de José Trinidad Martínez Pasalagua. Desde luego es válida, y muchas veces necesaria, la unificación de fuerzas, aunque las demandas sean disímbolas. El problema es que, si se analizan una a una, las de este bloque no parecen del todo justificadas.
El STASPE, el sindicato de la burocracia estatal, no quita el dedo del renglón en exigir que el gobierno dé marcha atrás en el cobro digital de impuestos y servicios. Salvo que la modernización de ese cobro afecte a empleados por no recibir dinero en efectivo, y los posibles actos de corrupción que ello podría generar, no se entiende la exigencia sindical, que por ello más bien mueve a la sospecha. Lo ideal es que todos los servicios gubernamentales, salvo contadas y justificadas excepciones, sean pagados por medios digitales.
El SPUM, el sindicato de profesores universitarios, insiste en que la Rectoría nicolaita recule en la reforma al régimen de jubilaciones y pensiones, que en nada afecta a los mentores ni a los empleados. Aplicará sólo para los que en el futuro contrate la institución. El sindicato está preocupado por algo inexistente.
En tanto, la mafiosa CNTE no tiene en realidad mayor problema con el gobierno estatal, porque su principal demanda, la derogación de la reforma a la ley del ISSSTE, ya se la arrancó al gobierno federal.
Y de los transportistas no hay siquiera claridad en los motivos de su presión. Aseguran que ellos no han demandado un aumento de cuatro pesos a la tarifa del transporte público, aunque sí un ajuste acorde a las condiciones económicas actuales, lo cual suena razonable. El gobernador Bedolla ha advertido que la tarifa no subirá a catorce pesos, pero si los transportistas dicen no demandarla en esa dimensión, no parece entonces que debiera haber problema. Parece más bien un asunto de teléfono descompuesto.
Como se ve, ninguno de esos gremios enarbola demandas sólidas, todas son francamente débiles, algunas incluso que rayan en el pretexto para la movilización. Y no es que el gobierno necesite defensa, pero en este caso me parece que no les asiste la razón a esas agrupaciones. Las cosas, como son. X @jaimelopezmtz