CANDIDATOS SIN IDEOLOGÍA
A altísimo precio, pero, al fin, México ya tiene candidatos a la presidencia de la república postulados por alianzas partidistas, pues los mismos partidos confiesan su incapacidad para cumplir sus deberes legales, y no pueden sobrevivir solos.
Logramos tres mazacotes de champurrado político, materialmente sin documentos ideológicos, cantando ya, al tener candidato, su propia ¡aleluya!
Tres candidatos sacrificándose por la patria, dispuestos a proseguir el agotador, y tristemente inútil, trabajo de campaña; eso sí, “seguidos”, pero jamás “espiados” por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
Formalizadas las candidaturas: Meade, AMLO, y Anaya, los mexicanos tuvimos un gran sobresalto, el asombro de que no hubo ninguna sorpresa.
Quien nos dejó estupefactos fue el secretario de Gobernación Alfonso Navarrete Prida, al asegurar que el “CISEN sólo da seguimiento y continuidad al proceso electoral… pero no espía a los opositores”.
Ninguno de los 67 artículos y 7 transitorios de la Ley de Seguridad Nacional que establece y regula al CISEN (ni su Estatuto), otorgan atribuciones legales a ese centro para “dar seguimiento y continuidad a proceso electoral” cual ninguno.
Los fines de esa Ley de Seguridad Nacional son otros: preservar la seguridad nacional, al Estado Mexicano, a la Nación, la independencia, la soberanía, defender nuestro territorio, y otros etcéteras similares.
Tema aparte es la preocupación que precisa el artículo del respetable escritor Humberto Musacchio, sobre la seguridad de los candidatos a la Presidencia de México; desde luego que merece la atención del gobierno, pero a través de autoridades competentes, y el CISEN no lo es.
No confundamos las leyes de seguridad de nuestro país, que son muchas, y con vasos comunicantes. La que establece y regula al CISEN es la Ley de Seguridad Nacional, curioso centro desconcentrado y adscrito al secretario de Gobernación; pero, entre otras, existe la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y Ley de Seguridad Interior.
Así, claro que es legal y debido que el CISEN nos investigue a todos, incluyendo a Meade, a Anaya y a Andrés Manuel, pero exclusivamente respecto a sus XI atribuciones que le impone el artículo 19 de esa Ley de Seguridad Nacional, pero no “para dar seguimiento y continuidad al proceso electoral 2018”.
Mal hace quien aplica de manera inexacta esa ley federal, induciendo a nuestros 007 huehuenches a transgredir la ley; empero, también hacen mal quienes prometen desaparecer al CISEN por esos erróneos manejos.
López Obrador y Anaya, si juzgan que hay pésimas prácticas en la presidencia, no por eso deben desaparecer a la presidencia, a la que, por cierto, pretenden llegar, al igual que Meade, a como dé lugar.
No porque el sistema electoral mexicano tenga graves fallas, llegado el momento lo desaparezcan, para montar una tiranía, sin elecciones, y sin ciudadanos.