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miércoles, octubre 23, 2024

“¿CON ESOS CANDIDATOS…?”

DR JAIME LPEZ REn las clases doctrinales de mi lejanísima niñez, los maestros (casi siempre maestras), con la mejor de las voluntades, nos hablaban del bien y del mal, de los mandamientos bíblicos, de los relatos del Nuevo Testamento, de los milagros de Jesucristo, del cielo y del infierno y de la necesidad de acudir a la iglesia. Yo no sé en cuántos niños floreció aquella semilla plantada en mentes que se recreaban, más bien, hablando bíblicamente, con la manzana del Edén o con el relato de Sansón y Dalila; y en el terreno profano, con los partidos de fútbol o las peleas de box que escuchaban a través de los radios RCA Víctor o Philco. De todas formas, las maestras acostumbraban presentarnos ejemplos que aseguraran la cabal comprensión de su mensaje.

Recuerdo uno en el que, para reforzar la idea de que los humanos tenemos siempre la natural tendencia hacia la maldad, hacia lo insano, impuro, reprobable y, a veces, francamente pecaminoso, una maestra nos relató cómo, en algún lugar de los Estados Unidos alguien había realizado el siguiente experimento: tomó a un cerdo, lo bañó perfectamente, le lavó la boca, le aseó las pezuñas hendidas, lo atavió con un hermoso collar de flores, lo roció con una loción costosa, lo sacó al jardín de su casa y lo colocó sobre una plataforma en la que se habían esparcido docenas de azucenas y jazmines. Muy cerca pasaba un pequeño canal con agua  sucia. La maestra concluía con la enseñanza diciendo: “El cerdo, en cuanto miró el canal, fue hacia él y empezó a revolcarse en sus aguas impuras. Prefirió, pues, el negro lodo del canal, a las flores, al perfume, a la limpieza de su cuerpo. Así es el ser humano: prefiere lo malo, lo pecaminoso…”, y continuaba con un bienintencionado mensaje.

Lo que ocurría en aquella pequeña iglesia, está sucediendo, en estos días, con un partido político, el que utiliza, en su emblema, los colores de nuestra bandera. Está organizando todo para que un señor de nombre Cuauhtémoc Gutiérrez sea el candidato número uno para las diputaciones plurinominales de la ciudad de México; o sea, que iría, como dicen los rancheros, “en caballo de hacienda”. Será, pues, diputado en la Asamblea Legislativa de la ciudad de México.

Habrá quien piense que al señor Gutiérrez no se le han comprobado las acusaciones; pemro esto ocurrió porque alguien no quiso que se le comprobaran, aunque todos conocemos los testimonios que lo incriminaban como persona sin un ápice de moralidad.

Ocurrió con él lo mismo que en el relato doctrinal: habiendo personas honestas, limpias, éticas, lo prefirieron, así como el cerdito prefirió el lodo del canal.

No puede uno menos que preguntarse si no le estarán allanando el camino hacia la arcadia que le da su fuero, con el objeto de frenar las investigaciones y, de paso, saldar algún compromiso con él adquirido.

¿Pretenderán ganar con esos candidatos?

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