México es un país de contradicciones y contrastes. Por un lado, México se considera el sexto destino turístico con mayor número de llegadas y por el otro está desde hace varios meses inmerso en la incertidumbre sobre la construcción o no de un nuevo aeropuerto. Es un debate ocioso porque la decisión será la que elija el nuevo Presidente, que aunque no está legalmente en funciones, ya ejerce el poder por adelantado y nadie lo critica porque sus 30 millones de votos le dan la inmunidad para ello. Si los inversionistas no pueden confiar en la palabra del gobierno federal, sus capitales tendrían pocas razones para entrar o permanecer en el país.
México sigue en el retraso de la modernidad, por ejemplo, China para hacer frente al aumento de pasajeros, la segunda economía más grande del mundo planea construir 74 nuevos aeropuertos civiles para el año 2020, para llegar a un total de 260. Esto da como resultado que China está construyendo poco más de 8 aeropuertos al año, para finales de 2019 tendrá el aeropuerto con mayor capacidad del mundo.
Hasta el momento hay poca consistencia en el mensaje de la administración de López Obrador respecto al destino de la obra. La consulta será del 25 al 28 de octubre de 8:00 a 18:00 horas. La consulta plantea dos opciones, la primera: reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía. La segunda opción plantea: continuar con la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Es necesario acudir con tu credencial de elector vigente a una de las mesas de votación ubicadas en 538 municipios del país, a través de mil 73 mesas de votación distribuidas en 538 municipios a lo largo del país, lo que desató una serie de críticas de diferentes sectores.
Entre los comentarios de organizaciones y empresarios no se ha dicho que Santa Lucía no sea una opción viable, sin embargo, en una prospectiva de largo plazo coinciden en que la opción de Texcoco que ya se empezó a construir, resulta una mejor opción.
Desde que se anunció que el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) sería decidido vía una consulta ciudadana, los cuestionamientos se lanzaron sobre Andrés Manuel y su equipo. Las críticas dirigidas a la consulta van desde ignorar el artículo 35 de la Constitución que establece las bases para llevar a cabo este procedimiento, hasta la falta de rigor metodológico y transparencia.
En este México de contrastes, el Instituto Nacional Electoral (INE), única institución facultada legalmente para realizar una consulta ciudadana, prepara un ejercicio democrático infantil que se realizará un mes después que la del Nuevo Aeropuerto. El Plan Operativo de la Consulta Infantil y Juvenil 2018 consta de 39 páginas en las que se detallan: el marco normativo, las fases para el desarrollo e implementación, objetivos con indicadores, cronograma, e incluso un apartado de situaciones no previstas. La consulta infantil se realiza cada tres años y siempre tiene una temática diferente. En este 2018, el eje central de las preguntas será la igualdad de género y derechos de los niños, niñas y adolescentes. El promedio de participación logrado en los siete ejercicios pasados que el INE ha realizado con menores desde 1997, es de 3 millones 129 mil 179 niños, siendo el 2000 el año con mejor récord al contabilizarse cerca de 4 millones. Para recabar la opinión de los niños alrededor del país, el INE utilizará boletas en formato electrónico, boletas impresas, hojas para expresión gráfica y boletas en lengua indígena. Estas herramientas permitirán la inclusión de opiniones de niños con discapacidad, de comunidades indígenas, en condiciones de cuidado o custodia y en condición de calle, de acuerdo con el instituto.
Enrique Calderón Alzati, presidente de la Fundación Arturo Rosenblueth, organización encargada de contar los votos de la consulta del Nuevo Aeropuerto, detalló en entrevista que se espera una participación de entre 100 mil y 500 mil ciudadanos, una cifra muy inferior a la registrada en las consultas infantiles. Sin pretenderlo, el Instituto Nacional Electoral está dando una cátedra al futuro presidente sobre cómo organizar consultas ciudadanas, transparentes, legales y con respaldo metodológico.
De todo este ejercicio, lo rescatable es que los mexicanos están conociendo la forma de operar del nuevo gobierno, sus indefiniciones, su falta de profesionalismo y sobre todo la incapacidad de los que serán los nuevos funcionarios federales, ya que muchos muestran saber nada o casi nada del tema, particularmente el que será nuevo Secretario de Comunicaciones.
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