La agenda nacional es monotemática por el asunto del combate al huachicoleo y es que el problema tiene varias aristas para su análisis desde el punto de vista económico y político, así como sus repercusiones sociales.
Mucha información dispersa en casi cuatro semanas de la crisis del huachicol ha emitido López Obrador en sus conferencias mañaneras, a veces contradictorias, pero sin llegar a la esencia del asunto.
Antes de continuar hay que decir que este problema es un tema de economía política, lo que quiere decir que afecta a la economía nacional, como al estado y al gobierno y como ya se menciono con repercusiones sociales.
Cuando se dice que es un asunto de economía política también se refiere al manejo de cómo enfrentar la gravedad del robo de los combustibles en el país.
Ahora se sabe la magnitud de la problemática que es de 60 mil millones de pesos casi el equivalente del presupuesto público de Michoacán.
Que el 80 por ciento de la gasolina que se consume en el país es importada a precios internacionales de cotización.
También se conoce que el 80 por ciento del robo o huachicoleo es realizado al interior de Pemex por diversos mecanismos técnicos y contables y que una buena parte de los concesionarios de gasolina venden producto robado.
Ante esta grave situación el gobierno de López Obrador decidió cerrar la llave de los ductos y sustituir su distribución a través de pipas lo que ha resultado insuficiente para satisfacer la demanda interna del país; que de acuerdo a información del INEGI calcula que en el país existen 45 millones 476 mil 133 unidades circulando.
A la vez los estados afectados por el desabasto de gasolina que son 7 participan con más del 50 por ciento de la aportación al Producto Interno Bruto que después de casi cuatro semanas empiezan a sentir los efectos porque las economías locales en estos estados se empiezan a paralizar, según varias fuentes, la actividad económica ha disminuido hasta en un cuarenta por ciento.
De acuerdo a los analistas financieros con sus proyecciones el PIB para el primer trimestre del año registrara un crecimiento del cero por ciento.
Con todas estas consecuencias negativas de una estrategia equivocada para combatir el robo de gasolina, que como se sabe el 80 por ciento se realiza al interior de la empresa productiva del estado, Pemex, tanto por altos directivos, así como los trabajadores sindicalizados.
De acuerdo a la profesora- investigadora Ana Lilia Pérez de la UNAM, en su libro “El Cartel Negro” documenta los mecanismos como se realiza el huachicoleo al interior de Pemex y que tanto los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto por supuesta omisión dejaron que esta actividad delictiva creciera de forma exponencial, particularmente en el gobierno de Peña Nieto y se conformará y consolidara un verdadero cartel de huachicoleo.
Se ha firmado, por varios analistas que la estrategia de combatir el huachicol de la gasolina es equivocada por sus efectos negativos en el ámbito económico y social, aunque una mayoría absoluta de la población apoya la medida de López Obrador.
También en este espacio se apunta que es un problema de economía política, lo que significa la afectación en la producción y trasportación no solo del combustible sino también de los bienes y servicios, al mismo tiempo queda evidenciado la alta vulnerabilidad por la dependencia de la economía nacional del exterior, ya que las gasolinas en un 80 por ciento son importadas para consumirse en el mercado interno.
La estrategia de López Obrador ha afectado el sistema central nervioso de la economía nacional al cerrar las llaves de los ductos y provocar un desabasto en el mercado, lo que también repercute en la mayoría de la población, particularmente de los trabajadores en el corto plazo el poder adquisitivo de sus salarios se verá menguados por la escases de los productos básicos y el aumento de sus precios.
La economía política como ciencia estudia las leyes de la producción, circulación- transportación- distribución y consumo; estos cuatro aspectos están afectados gravemente por la sustitución de la logística para distribuir en pipas el combustible.
Por su parte los gobernadores de los estados afectados están demandando la apertura de las llaves de los ductos para que se normalice el abasto de gasolina, mientras tanto el gobierno de López Obrador no da señales ni de cómo, ni cuando se resolverá esta crisis de lo que ya se llama la economía política del huachicol.
