Silvano Aureoles sigue inconforme con su gabinete…
“Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos, es digno de ellos”… Simón Bolívar. (1783 – 1830) Militar y político de origen venezolano.
Adelgazar la carga burocrática del Gobierno de Michoacán, es una tarea pendiente de cuando menos una década, así que el anuncio de Silvano Aureoles Conejo de desaparecer 3 secretarías, una súper coordinación y otros 11 organismos públicos descentralizados con los que calculó un ahorro superior a los mil millones de pesos, es una decisión que debe aplaudirse.
Aunque vale destacar, que no son todas las que deberían desparecer o fusionarse, pero ante las dificultades financieras que prevalecen en la entidad, ha sido un buen paso. Sin embargo, hay cuando menos un par de organismos que podrían justificar su permanencia y que ahora dependen de la decisión de los legisladores locales.
En semejante decisión del Ejecutivo estatal, bien vale la pena reflexionar, cuando menos, sobre 3 aspectos:
A la par de la reingeniería en la Administración estatal, que aún debe aprobar la Septuagésima Tercera Legislatura, el gobernador Silvano Aureoles realizó 13 ajustes en su gabinete, que sumados a los de octubre pasado, ya suman más de 20, la mayoría en dependencias de las llamadas de primer nivel.
Semejante situación deja claro que Aureoles Conejo sigue inconforme con sus colaboradores, pero motivado por la amistad y/o el pago de favores políticos, únicamente los ha cambiado de área, pero si no le funcionaron donde supuso que tenían conocimiento y experiencia, difícilmente le resultarán en otro ámbito. Ojalá esta vez los ajustes le funcionen.
Y es que en este momento, quedan al frente de la administración pública varios que aún no convencen y de los que llegan, algunos son de lamentable paso en la administración pública, como Guillermo Rizo Hernández en la Oficialía Mayor durante la era Lázaro Cárdenas Batel o Jesús Melgoza Velázquez, cercano ex colaborador del entonces titular de Desarrollo Económico, Eloy Vargas Arreola, también de lamentable, sospechoso y opaco tránsito por los gobiernos de Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel.
Otro caso a destacar es el de Víctor Lichtinger Waisman, que tras la desaparición de la súper Coordinación General de Gabinete y Planeación, de la que se quejaban amargamente varios integrantes de la administración estatal, donde manejaba un nada despreciable presupuesto superior a 70 millones de pesos, ahora se va de “representante del gobierno de Michoacán en la Ciudad de México”, con un presupuesto de 10 millones 355 mil pesos. Por cierto, ¿en qué gastará tanto dinero dicha oficina?
2.
A semejante anuncio del gobernador Silvano Aureoles Conejo, faltó la claridad que provoque contundencia, por ejemplo, desglosar con toda puntualidad de dónde se logrará el ahorro superior a los mil millones de pesos, a cuántos empleados de confianza ya no se les renovará contrato, cuántos más tendrán que ser liquidados y en el caso de las dependencias que se fusionan, cuánto de su presupuesto considerado para este año van a ejecutar y cuánto ahorrarán.
El tema es tan importante que ya el secretario de Finanzas, Carlos Maldonado Mendoza señaló que el ahorro alcanzará los 450 millones de pesos y no mil millones como lo refirió el comunicado del Ejecutivo estatal.
3.
En el ajuste que propone Silvano Aureoles a los diputados, vale la pena reflexionar en 2 casos, uno, el de la Secretaría de Pueblos Indígenas que para el presente año dispone de 68 millones de pesos y que su degradación seguramente provocará la indignación de uno de los sectores preponderantemente olvidados y a la par, sensibles e inconformes de la población michoacana.
Aureoles Conejo tiene razón al considerar que no ha cumplido las expectativas, pero tal vez podría prestarle mayor atención para que dicha dependencia sea delgada y eficiente, y claro, con un titular que tenga el ánimo de trascender y la capacidad para opinar si está o no de acuerdo con la desaparición de la dependencia que encabeza.
El otro caso es el de la Comisión de Arbitraje Médico que con su presupuesto de poco más de 5 millones y medio de pesos, ahora pasará a la Secretaría de Salud, donde se antoja que difícilmente dará resultados, ya que será juez y parte de las denuncias que reciban de los ciudadanos.
Con estas posibles excepciones, coincido en que el resto de las extinciones y/o fusiones son necesarias e incluso faltarían, además del adelgazamiento que tendría que darse en toda la administración pública y que dentro del Programa de Austeridad que planteó el gobernador a principios de año, falta que todas las dependencias despidan al 50 por ciento de los empleados de confianza y los den a conocer con lujo de detalle.
En fin, Silvano Aureoles ha dado un buen paso, ahora falta que el Congreso estatal lo avale y que los relevos en el gabinete, ahora sí le resulten.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.