La implementación de la austeridad republicana de López Obrador bajo el gobierno de la Cuarta Transformación empieza a dejar los saldos negativos que hicieron crisis con la renuncia del director del Seguro Social Germán Martínez quien puso en evidencia las repercusiones negativas del ajuste al gasto público por parte del secretario de Hacienda.
Hay que mencionar que el gobierno federal gasta en su mayoría los recursos financieros públicos en educación y salud, son los principales renglones del ejercicio del egreso federal.
Pero con la austeridad republicana el sector salud resulto severamente castigado, a tal punto que existe un desabasto de medicamentos, aunque la versión presidencial diga lo contrario y culpe a las farmacéuticas que se niegan a venderle al gobierno medicamentos, pero el hecho es también que el ejercicio de los fondos federales destinados al sector salud estaban congelados.
El coordinador de la Comisión del Presupuesto y Cuenta Publica, el diputado Alfonso Ramírez Cuellar tuvo que intervenir para descongelar los recursos financieros y poder resolver según él la crisis por el desabasto de medicamentos en los hospitales públicos.
Según el diputado antes mencionado existe un déficits de 2 mil 464 millones de pesos, lo que pone en peligro de muerte a los derechohabientes de las instituciones de salud publica en todas sus modalidades en el país.
Fueron los directores de los principales hospitales de alta especialidad del país los que pusieron la alerta máxima, advirtiendo que muchas vidas de los pacientes estaban en peligro de muerte, bajo el gobierno de la supuesta Cuarta Transformación.
La villana de la película resulto ser la Oficial Mayor de la SHCP, Raquel Buenrostro Sánchez responsable del ajuste económico y financiero que como ya se menciono golpeo al sector salud.
Hoy López Obrador culpa a las farmacéuticas del problema, pero lo cierto es que los hospitales del sector salud están convertidos en verdaderos hospitales de guerra, donde los enfermos esperan una cama y la atención medica en los pasillos y qué decir de la falta de medicamento y el material de curación, además que muchos de los aparatos para diagnostico medico son obsoletos o no funcionan, la saturación en los laboratorios obligan a los pacientes a esperar turno hasta por treinta días para realizarles exámenes clínicos, seguramente el Presidente López Obrador ya lo comprobó cuando acudió a un chequeo médico en la clínica del ISSSTE que le corresponde por ser servidor público y también por la austeridad republicana, al menos que su atención medica sea privada y la page con su salario de presidente, no sea que después los mexicanos se encuentren con la sorpresa que su atención medica la paguen con los impuestos.
Pero volvamos a lo más importante del asunto que es la crisis del sector salud, es cierto que en el funcionamiento de éste existe mucha opacidad y discrecionalidad en el manejo de los recursos financieros y materiales, aparte de la escasez del material médico.
También es cierto, en el caso del Seguro Social la secretaria de Hacienda no puede disponer de los recursos financieros porque no le pertenecen, son aportaciones tripartitas, de los patrones, los trabajadores y el gobierno, por lo tanto hacienda viola la Ley del IMSS.
La austeridad republicana aplicada por el gobierno de la 4T en el fondo tiene un carácter que para el caso del sector salud y su derechohabientes viola sistemáticamente los derechos humanos por no decir que es inhumana, porque con ella se pone por delante el superávit fiscal, y sobre todo el ajuste fiscal para financiar los proyectos de desarrollo a costa de la salud de millones de mexicanos que son vulnerables.
López Obrador puede justificar su austeridad republicana, pero no puede jugar golpeando al sector salud del país, eso es neoliberal.
En conclusión por la crisis del sector salud miles de mexicanos están en peligro de muerte a consecuencia de la austeridad, lo que significa morirse por falta de atención médica en el gobierno de la 4T.