Evo Morales se asiló en México, nuestro país ratifica una tradición sobre la cual se deslizan algunos nombres como José Martí, León Trotsky, Luis Buñuel, León Felipe, Hotensia Bussi y el Sha de Irán; todos ellos perseguidos políticos. Obvio, en contextos diferentes.
La polarización del debate en nuestro país se agudiza, las opiniones en torno a temas de interés público se contrastan furiosamente en los medios de comunicación tradicionales y vía plataformas, ahí se pueden leer y escuchar opiniones razonables, críticas y algunas que rayan en la frivolidad y el fanatismo.
Evo Morales estuvo casi 14 años al frente de Bolivia, los indicadores en materia económica reflejan que fue una administración exitosa, mejoró la distribución del ingreso y disminuyó notablemente el analfabetismo, no fue un mandatario represor.
El problema fue que el virus del poder se enquistó en sus ambiciones para pretender continuar en su mandato presidencial, algo que suele suceder en la gente de las elites, la historia de la humanidad muestra muchos ejemplos de quienes no quisieron dejar las alturas aunque su terquedad desate conflictos como sucedió en nuestro país con Porfirio Díaz.
En las últimas elecciones Evo Morales enfrentó dificultades, se detectaron irregularidades electorales que confirmaría la Organización de Estados Americanos OEA, tal fue el detonante para el exilio de Evo Morales que fue recibido en México, decíamos que nuestro país ratifica una tradición.
El debate en torno al asilo al ex mandatario no concluye mientras en Bolivia el nuevo gobierno ha mostrado su músculo represor y algunos de los opositores a Evo mezclan la política con la religión en un coctel peligroso.
Al unir la lucha política con asuntos religiosos no puede presagiarse un buen final, el estado laico es la mejor opción para la convivencia social. En nombre de dios muchos déspotas han llegado al poder, algunas proclamas de los opositores a Evo Morales parecen extraídas de la Edad Media, lapso temporal en que la divinidad fue el centro de todo, en esa época se incubó el germen de la superstición y operó el brazo coercitivo conocido como la Santa Inquisición, que habría de despachar a los herejes al más allá.
Los gobiernos tienen que ver con el poder temporal, están compuestos por seres humanos no por semidioses como los que describen los mitos griegos.
Nuestro país recibió a Evo Morales, quien es ya un asilado político y es un asunto legal porque cumple con lo establecido en el artículo 11 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La discusión versa acerca de las formas, la seguridad del ex mandatario corresponde a miembros del denominado Estado Mayor Presidencial, aunque es previsible si se asume que enfrenta riesgos.
Los opositores del actual régimen cuestionan el asilo y las formas, digamos que era lo previsible, están en su papel con razón o sin ella.
Finalmente la polarización es alentada por todos los actores políticos, tanto los de la 4T como de sus adversarios y la cultura política que se exhibe aún es bisoña.