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martes, noviembre 26, 2024

UN HERMOSO CUENTO

Marco A AguilarEl tiempo, como el espacio y otras muchas cualidades de la materia, forman un todo mezclado e indisoluble. Sólo una de las funciones cerebrales del ser humano, la de abstracción, puede separarlas imaginariamente para hacer con ellas substancia de creación de nuestra especie.

Claro que cada año tiene un referente real y objetivo, pues corresponde al tiempo que ocupa nuestro planeta, llamado Tierra, en su movimiento elíptico al derredor de nuestra estrella, denominada Sol; empero, culturalmente, a este movimiento, en pocos días, lo nombraremos, conforme al Calendario Gregoriano decretado en 1582, Año 2020.

Metafóricamente le damos la bienvenida a ese año par, bisiesto por añadidura, aunque nuestros mejores deseos deben ser no para la virtual anualidad, que únicamente es un concepto, sino para los seres humanos reales que viven en estos tiempos.

Pues bien, hablando de tiempos, es momento de expresar que uno de los mejores cuentos que he leído se titula Reflejos, y fue escrito por Patrick Lafcadio Hearn, un escritor poco conocido y poco leído en nuestra época.

Nació en la isla Laucada, en Grecia, en 1850. Hijo de un médico militar irlandés católico, y de una campesina griega. A los seis años de edad sus padres lo llevaron a Dublín, en donde lo dejaron a cargo de una hermana de su padre, una vez que ese médico militar fue trasladado a las Bahamas, mientras su madre retorno a Grecia.

Su tía se domicilió en Gales, y Patrick Lafcadio en un accidente escolar perdió el ojo izquierdo, acrecentándole su miopía en su ojo derecho. Esto lo hizo reservado y con complejo de inferioridad; empero, esto lo condujo a desarrollar su habilidad para los idiomas.

En su época estudiantil dominaba, ya, griego, inglés, francés, y español, lo que le permitía efectuar traducciones que le reportaban ingresos.

Desde 1869 al 1890 vivió en varias ciudades de los Estados Unidos, desde Nueva York hasta Nueva Orleans; y cansado de la vida gringa decide ir a vivir a Japón, haciéndose 5 años más tarde súbdito japonés, agregando un idioma más a su patrimonio lingüístico.

Fue un maestro de idiomas, periodista, filólogo, poeta, novelista, cuentista, con un expresar siempre sencillo, lo que es difícil, sobre todo cuando se generan y comunican conceptos profundos.

Al igual, fue un viajero, siempre en busca de cosas nuevas y de cambios, sin miedo al movimiento en el espacio, pero sobre todo sin temor respecto al tiempo.

Si me pusiera a sintetizar el cuento de “Reflejos”, le restaría su encanto narrativo. Mejor, simplemente lo recomiendo para iniciar bien el año; ojalá esté en español y en librerías.

Sólo diré que comienza: “Hace ya mucho tiempo…”, y en efecto, hace ya mucho tiempo que Hearn, muerto en 1904 con el nombre de Yakumo koizumi, con su simpleza y profundidad, nos dejó páginas encantadoras.

Que todo lo bueno del año viejo 2019 te acompañe, estimado lector, y que todo lo bueno del año nuevo 2020 sea totalmente tuyo.

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