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martes, noviembre 26, 2024

AVIÓN PRESIDENCIAL

MEANDROS DE LA TONTEJES

Marco A AguilarConocí a Manuel Garza González, “el Meme”, en el año 1972. Coincidimos como presidentes municipales, él de Reynosa y yo de Morelia. Hicimos amistad.

La vida nos llevó a reencontrarnos, y en un restaurante de la CDMX, desayunando a finales del año 1993, me platicó algo simpático, agudo y aleccionador.

El PRI le encargo resolver problemas políticos en el Estado de México, donde el candidato a la gubernatura Emilio Chauyffet Chemor se oponía con firmeza a que alguien fuera candidato al Congreso.

La razón que Emilio esgrimió, al Meme, fue que ese prospecto era un “pendejo”.

Lo que motivó a Manuel a preguntarle: “Dime, Emilio, como cuántos pendejos habrá en el Estado de México”.

Sorprendido Emilio por el insospechado cuestionamiento, atinó a contestarle: “muchos”.

Por lo que el Meme razonó con agudo sentido común: “y… ¿no crees que esa gran cantidad de pendejos merecen tener quién los represente en el Congreso?

A la talentosa inteligencia de Emilio no le quedó más que reír y ceder; y a la siempre ocurrente agudeza de Manuel se le sumó otro buen resultado.

Ya en la segunda década de este siglo XXI, conviviendo en la Casa de Gobierno en Morelia con Emilio, y hablando sobre el Meme, le recordé ese caso; y él, como buen conversador, lo relató a su estilo.

En aquel desayuno con el Meme después de su donosa anécdota, le inquirí siguiendo el tono jocoso: ¿y ya investigaste cuántos tontejos hay por kilómetro cuadrado en México?

Y dado lo que estamos viviendo y padeciendo en nuestro país actualmente, observo que esa pregunta no ha perdido vigencia. Lo tontejo triunfó en México, se convierte en amo, y aspira a perpetuarse.

Claro ejemplo de ello es lo del avión presidencial. Analicemos el caso con datos oficiales.

En 2012 ese avión costó 218 millones de dólares. Negoció la compra Felipe Calderón. La adquisición fue absurda, innecesaria, cara, y ofendió a México. La compra fue una tontejez gubernativa.

El candidato AMLO aseguró en 2012 que ese avión había costado más de 576 millones de dólares. AMLO mintió, tontejamente.

Enrique Peña Nieto uso el avión, y alcanzó a pagar 114 millones de dólares, cometiendo la tontejez de aceptar el desequilibrio del costo beneficio.

Y el presidente AMLO como comerciante ha sido un fracaso. Remata a precios bajos: autos, camionetas y aviones, comprados por los “conservadores”; y compra a precios más elevados: autos, camionetas y aviones, para la 4T, diciendo que “hay que devolverle al pueblo lo robado”, cuando su administración, por torpe, sigue robando a los mexicanos.

Hace un año aseguró AMLO que en pocos días vendería en EU el avión presidencial (cuando este avión no se ha pagado y está sujeto a la reserva de dominio), costándonos esa decisión mentirosa y equívoca poco más de 1 millón y medio de dólares.

Y como todos los proyectos de AMLO, sin planeación ni sustento, este del avión presidencial es un fiasco. Ahora, él mismo ordena que se venda o rente, o mejor se rife a través de la Lotería Nacional, con 6 millones de billetes a 500 pesos cada uno, lo que daría 3 mil millones de pesos, cantidad que sólo alcanzaría para pagar lo que de ese avión se debe. La idea es grotesca y tonta.

Estamos a punto de quedaremos sin avión presidencial y sin dinero, pero con la vergüenza, nacional e internacional, de la gansada en marcha, la que, sumada a las tontejeces de sus antecesores, son dignas de aquel Partido Único de Pendejos que a mediados del siglo XX fundara con éxito don Hermenegildo Torres.

La mayoría de los mexicanos son inteligentes, responsables y trabajadores, pero no están bien representados por los tontilocos que son gobierno.

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